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¿Qué pasó con CLAE, la estafa piramidal que robó a millones de peruanos en los años 80?

En plena crisis económica de la década de los 80, CLAE estafó a más de 200.000 personas, dejando a muchos de ellos sin el dinero que ahorraron toda su vida. ¿Cómo las autoridades descubrieron este fraude?

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CLAE inició sus operaciones en 1978. Foto: composición LR/Andina

Han pasado más de 25 años desde la caída de CLAE, la estafa piramidal más grande de la historia de nuestro país. Este esquema de negocio logró engañar a más de 200.000 personas, quienes con la esperanza de duplicar su dinero entregaron gran parte de sus ahorros; sin imaginar que, años después, no volverían a ver un solo centavo.

La compañía liderada por Carlos Manrique logró captar anualmente 200 millones de dólares y mover el 40% de la liquidez del sistema financiero nacional, según comentó el exintegrante de la junta liquidadora de CLAE, Luis Pflucker Moreno, a El Comercio.

¿En qué consistió CLAE?

Inicialmente, CLAE brindaba asesoría en administración de negocios, pero, como ese servicio no era tan rentable, en 1980 Manrique decidió cambiar de sector y empezó a funcionar bajo el esquema piramidal. Se dedicó a captar los ahorros de las personas con la promesa de otorgar “altos retornos”. Incluso, ofrecía intereses que superaban el 100%.

Foto: Andina

El sistema de Manrique era bastante básico: un participante captaba a varias personas y les pedía que refieran a otras más para que vayan depositando o entregando determinadas sumas de dinero. Con este dinero se iba formando un fondo con el cual se pagaba de forma cíclica a los primeros que se inscribían.

Al inicio, todos recibían puntualmente sus intereses mediante letras o pagarés, lo que provocó que aumente su popularidad, pues parecía un sistema “eficiente”.

CLAE alcanzó la gloria entre 1989 y 1992, años en los que el sistema financiero formal no era competencia para la compañía, pues con el primer gobierno de Alan García la inflación había alcanzado niveles altísimos y pese al nuevo gobierno de Alberto Fujimori, y la nueva ruta económica, el miedo reinaba en la ciudadanía. Así que optar por otra alternativa en lugar de ahorrar en un banco, hizo de CLAE un gigante y prometedor salvavidas.

El fin de CLAE

El problema de este mecanismo inició cuando las personas que lideraban y eran la base de este negocio dejaron de reclutar a más afiliados. Esto provocó que el dinero que entraba cada mes ya no fuera suficiente para costear los intereses altísimos ofrecidos a los depositantes.

Carlos Manrique. Foto: Andina

Como consecuencia empezaron a caer varias denuncias en contra de CLAE y no solo eso: miles de personas salieron a las calles a exigir que se les devuelva su dinero.

Ante este escándalo, la Superintendencia de Bancos y Seguros (SBS) ingresó a investigar y como Manrique no pudo demostrar el estado real de las finanzas de su entidad, lo acusaron de fraude y malos manejos. Un año después, en 1994, la empresa fue disuelta y los aportantes nunca volvieron a ver ni un sol de sus ahorros.