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¿Quién fue Mamoru Shimizu, considerado el primer asesino en serie del Perú?

Hace varias décadas, Mamoru Shimizu fue el personaje más temido del país. Tras confesar la serie de crímenes que cometió, la opinión pública lo denominó como el primer asesino en serie de la historia del Perú. Conoce aquí su perturbadora historia.

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Mamoru Shimizu asesinó a siete japoneses inmigrantes, por lo que en 1944 se convirtió en el "primer asesino en serie" del Perú. Foto: composición LR/GEC Archivo Histórico

En noviembre de 1944, el Perú dio a conocer a su primer asesino en serie: Mamoru Shimizu. Este ciudadano japonés causó conmoción en el país, pues por primera vez en nuestra historia se reportaba que una persona había cometido tantos homicidios. En aquella época, este tipo de casos solo se registraban en Europa, por lo que la población quedó impactada.

Shimizu mató a sangre fría a miembros de dos familias. Aunque al inicio las autoridades sospechaban que se trataba de una mafia organizada o que eran los mismos yakuzas, la realidad era muy diferente. A continuación, te contamos la historia del primer asesino en serie del Perú y cómo se llevó su caso.

¿Quién era Mamoru Shimizu?

Mamoru Shimizu fue un japonés inmigrante que llegó a nuestro territorio durante la primera ola migratoria de ese país, la cual empezó alrededor de 1899. Aunque no había pasado mucho tiempo desde que inició la Segunda Guerra Mundial, la coyuntura en Perú no era muy diferente a la de otros países. El Gobierno apoyó a Estados Unidos tras el ataque nipón en Pearl Harbor, por lo que en aquellos años los japoneses fueron perseguidos y deportados a la nación norteamericana.

Mamoru Shimizu siendo custodiado por las autoridades. Foto: GEC Archivo Histórico

En Lima, la capital donde sucedieron todos estos crímenes, la población no llegaba ni al millón de habitantes y los barrios más populares recién estaban poblándose. En este contexto se encontraba el asesino, un economista con una vida aparentemente normal. Era un joven de 32 años de contextura delgada y baja estatura, características con las que nadie sospecharía que sería capaz de asesinar a tantas personas.

Los asesinatos de Mamoru Shimizu

La mañana del 2 de noviembre de 1944, Shimizu asesinó a siete integrantes de dos familias. Según el testimonio del japonés, esperó a que su familia se durmiera para entrar al cuarto de su hermano Tamoto Shimizu, al cual golpeó con un palo. Posteriormente, también aporreó a su cuñada Hanai de Shimizu y a sus dos sobrinos, Sumiko, Tokio y Yoshiko.

Pero no fueron las únicas víctimas. Después se dirigió a la habitación de Carlos Hiramo Tomayasu y la esposa de este, Carmen Mika, amigos cercanos de la familia, con quienes compartía la finca. A ellos también les reventó la cabeza con golpes.

Tras asesinarlos, sacó los cuerpos de la casa. No obstante, como algunos aún seguían agonizando, los remató con más golpes con un trozo de madera. Una vez que todos yacían muertos, les quitó la ropa y los trasladó hasta un descampado en el carro de su hermano. Después echó cada cuerpo al río y se deshizo de todos.

El 4 de noviembre de 1944, el Perú quedó conmocionado ante el asesinato de siete personas en el jirón Tingo María. Foto: GEC Archivo Histórico

El Perú se entera de la masacre

Aunque los hechos ocurrieron días antes, el 4 de noviembre de 1944, los medios de comunicación dieron a conocer la noticia, pues las autoridades habían hallado tres cuerpos sin vida, desnudos y flotando por la acequia Magdalena, en el jirón Tingo María, en Chacra Ríos.

Un día después se encontró el cuerpo inerte de Hanai de Shimizu. Estos hallazgos espantaron a la población peruana, pues nunca antes se había visto un crimen de esta magnitud. La autopsia reveló que todas las “víctimas fueron golpeadas con un arma contundente y que los cadáveres presentaban múltiples traumatismos en la cabeza y en la cara, inferidos por mano ajena”.

Los asesinados fueron en total siete: Tamoto Shimizu (44), Hanai de Shimizu (23), Tokio Shimizu (6), Sumiko Shimizu (11), Yoshiko Shimizu (5), Carlos Hiramo Tomayasu y Carmen Mika.

Juicio y sentencia de Mamoru Shimizu

Durante las investigaciones, la Policía interrogó a Mamoru Shimizu, hermano menor del fallecido. Si bien confirmó que las víctimas eran sus familiares, dijo que no sabía por qué las asesinaron. Las autoridades sospecharon de él por la serenidad con la que respondía. Poco después fue detenido.

El 9 de noviembre de 1944 ocurrió el detonante con el que descubrieron a Mamoru. Sumiko Shimizu, su esposa, confesó todo. Explicó que su pareja era el autor de los siete asesinatos en Chacra Ríos y expuso como prueba una chaqueta suya con sangre. No obstante, él lo negó, pero la prenda tenía sus medidas exactas. Ante este escenario, el juez del caso, al enterarse, ordenó que el acusado sea recluido y se le asigne un abogado.

La prensa peruana informando sobre los homicidios de Mamoru Shimizu. Foto: GEC Archivo Histórico

Aunque estaba en prisión, el japonés nunca habló, hasta que confrontó a su esposa, quien le imploró que dijera la verdad. Es así como Mamoru confesó que él fue el asesino.

El juicio contra el asesino en serie inició casi cuatro años después de los homicidios. No obstante, aquella vez cambió de versión, pues aseguró que “cinco enmascarados fueron los autores de la masacre” y que lo habían amenazado con matar a su esposa e hijo si no acababa cometía los asesinatos. A pesar de esta confesión, el Segundo Tribunal Correccional lo sentenció a 25 años de prisión y a una fianza de 70.000 soles como reparación civil para los familiares de las víctimas.

Mamoru Shimizu al final de sus días

El reconocido periodista César Lévano llegó a conocer a Mamoru, puesto que lo visitó cuando estaba en el penal cumpliendo su condena. El japonés pasó los últimos días de su vida dedicándose a la peluquería y a la crianza de palomas en la Penitenciaría de Lima, la cual ya no existe actualmente.

“Este es mi final, pensé. Era el asesino más famoso de Lima y me dejaban solo ante él, armado con tijeras. Sin embargo, fue muy pacífico, y conmigo fue el único con que conversaba en la cárcel, pues hablábamos de la Guerra Mundial y temas que yo conocía y él no tenía con quién conversarlos”, recordó Lévano.

El 4 de junio de 1959, Shimizu falleció en la cárcel tras sufrir un paro cardíaco. Hoy en día, sus restos se encuentran en el cementerio Presbítero Maestro, en una zona donde también están enterradas sus víctimas.