Los apellidos nos ayudan a poder identificar nuestro grupo familiar y nuestro árbol genealógico. Actualmente, en el Perú el apellido es un derecho fundamental de identidad y en la época inca era un evento de gran importancia. Si bien, tras la llegada de los españoles, se perdió gran parte de los apellidos impuestos por los incas, aún existen un par vigentes como son el caso de Quispe, Mamani o Huarac.
Este último no solo se encuentra presente en Perú, sino también en Bolivia, Argentina, Chile, entre otros países donde se expandió el imperio incaico. Sin embargo, según Infobae se estima que Huánuco es la ciudad con más personas con el apellido Huarac.
El apellido Huarac tiene orígenes en la época incaica, siendo su escritura inicial en quechua 'Waraq', lo cual hace referencia a la "luz del universo y al amanecer".
El apellido Huarac se creo en el imperio inca. Foto: Colectivo Quechua Central
Durante el Ayllu, las personas recibían un apellido luego de consultar con astrólogos y sacerdotes; y además, revisaban la historia familiar. Es así como en el idioma quechua, el apellido Huarac era atribuido por algunos con el siguiente significado: "Aquel que vista la wara o el pantalón corto porque pasó la prueba de warachikuy, es decir, que pasó la prueba de la virilidad".
Por otro lado, respecto al nombre de la persona, inicialmente el inca asignaba uno provisional que protegería al menor de las influencias negativas. El nombre definitivo era asignado en el primer corte de cabello que se realizaba generalmente a los dos años de edad. Era el padrino el responsable de realizarlo y mencionar el nombre con el que el menor sería llamado desde ese momento en adelante.