La muerte de Alida Cordero ha puesto de luto al mundo literario peruano y latinoamericano. Cordero era viuda del renombrado escritor Julio Ramón Ribeyro. Esta mañana del 3 de julio de 2024, sufrió un paro cardíaco fulminante. La noticia ha conmocionado a familiares, amigos y amantes del arte literario de Ribeyro.
Los peruanos recuerdan a Alida como una figura esencial en la preservación y promoción de la obra de Julio Ramón Ribeyro. Alida Cordero de Ribeyro nació el 9 de octubre de 1941. Tenía 82 años cuando falleció.
Alida Cordero y Julio Ramón Ribeyro se conocieron en 1961. En ese año, Cordero solo tenía 19 años. Su familia era de Tarma, pero ella vivía en la avenida Petit Thouars de Lima. En el libro "Ribeyro, una vida", de Jorge Coaguila, Alida señala que siempre ha sido de contextura delgada, sobretodo en su adolescencia. Esto le provocó un complejo, puesto que, en esa época en el Perú, las "mujeres debían tener caderas, cinturita y busto y yo era un palo".
"Me acuerdo que fui a una fiesta y me quedé sin bailar. Eso me llevó a decidir saber más que todos. Comencé a leer. Libro que caía a mi mano, lo leía. Siempre había leído, pero a partir de los 14, 15 años, leí muchísimo. Me encantaba la literatura”.
Mientras estudiaba en San Marcos, viajó a Francia gracias a la ayuda de un amigo. Entre los que la acompañaron a París estaba Javier Heraud, quien la presentó a Mario Vargas Llosa y a Julio Ramón Ribeyro. La pareja, que pasó muchos años en París, vivió una vida profundamente conectada con la literatura y la cultura. Ribeyro, conocido por su estilo claro y sensible en sus narraciones, siempre encontró en Alida un apoyo incondicional.
En 2002, Mario Vargas Llosa recordó el inicio de la relación entre Alida Cordero y Julio Ramón Ribeyro, afirmando que fue muy complicada ya que "ella no daba facilidades".
Después de haber permanecido inéditos por más de cincuenta años, cinco relatos de Julio Ramón Ribeyro, el cuentista más destacado de la literatura peruana, serán publicados por primera vez en el libro "Invitación al viaje y otros cuentos inéditos". Bajo el sello de Alfaguara, el libro estará disponible en librerías a mediados de julio.
Este libro tiene un significado especial, ya que Ribeyro aspiraba a alcanzar los 100 cuentos publicados. El autor falleció en 1994 a los 65 años, habiendo publicado 87 cuentos. Posteriormente, se añadieron ocho relatos escritos en su ‘prehistoria’ literaria y uno más que completó en su último año de vida. Con esta nueva publicación, su objetivo se verá finalmente cumplido.
La presentación del libro se llevará a cabo el domingo 21 de julio a las 5 p.m. en la sala Clorinda Matto de Turner de la FIL Lima 2024, que se celebrará en el Parque Próceres de la Independencia en Jesús María. Sin embargo, la obra estará disponible en todas las librerías del país desde el martes 16 de julio.
Después del fallecimiento de Julio Ramón Ribeyro en 1994, Alida Cordero tomó la responsabilidad de resguardar su legado, asegurándose de que las futuras generaciones conocieran y valoraran la obra de uno de los más destacados cuentistas peruanos. Durante su vida, se dedicó a la promoción de su trabajo y organizó múltiples eventos en su honor. Su compromiso con el legado de su esposo fue firme y su contribución al ámbito literario es ampliamente reconocida.
Además de su rol en la preservación de la obra de su esposo, Alida Cordero tuvo una carrera exitosa como marchante de arte. Trabajó en una galería y se formó en el Louvre, organizando exposiciones internacionales y realizando ventas importantes, como la de una pintura de Van Gogh. Su éxito profesional permitió a la pareja disfrutar de una vida confortable en París, donde vivieron en un apartamento en el exclusivo Parc Monceau.
Alida Cordero estudió Letras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y luego Psicología. En la Casona, la histórica sede de esta universidad, entabló amistad con los poetas Alejandro Romualdo, Juan Gonzalo Rose, Francisco Paco Bendezú, Hugo Neira, Reynaldo Naranjo y César Calvo. Aunque nunca aspiró a ser escritora, sentía una profunda admiración por los clásicos de la literatura.