Montevideo. EFE
Versos sencillos y desgarradores, con la maestría para describir en pocas palabras la existencia humana y rozar el alma del lector, resumen la obra de la poeta uruguaya Idea Vilariño (18 de agosto de 1920-28 de abril del 2009), que además fue traductora, compuso canciones y mantuvo, durante décadas, una historia de amor y desencuentro con Juan Carlos Onetti.
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Uruguay celebra el centenario del nacimiento de una de las más relevantes integrantes de la Generación del 45, a la que también pertenecen autores como Mario Benedetti, Ida Vitale o Carlos Maggi, que tuvo en Onetti a un referente y que, como cuenta el escritor Rafael Courtoisie, fue una “suerte de parteaguas”.
Nacida en Montevideo en el seno de una familia de artistas, cuyos padres, Leandro Vilariño y Josefina Romaní, nombraron a sus otros hijos Poema, Azul, Alma y Numen, Idea despuntó enseguida en las letras con obras como La suplicante (1945) o Paraíso perdido (1949).
Antes de cumplir los treinta años ya era reconocida en el Río de la Plata por su labor como crítica y traductora y por su poesía, en su mayoría vertebrada en torno al amor y la muerte.
“El proyecto de Idea tiene que ver con una zona muy existencialista, se relaciona en modo directo e indirecto con Jean Paul Sartre, con una mirada a veces nihilista, de desgarro, desesperada, donde muchas veces se celebra el amor pero en realidad, más que una iluminación, es la celebración del amor perdido. Sus poemas de amor dedicados a Onetti son más que nada poemas o de desamor o de desgarro o de condición existencial del amor”, sentencia Courtoisie.
Ella explica en el documental Onetti (1990) que se conocieron “antes de 1954”, porque esa fue la fecha de publicación de Los adioses, una de las novelas más reconocidas del autor, en la que él incluyó la dedicatoria: “A Idea Vilariño”.
Ahí comenzaron cuatro décadas (hasta la muerte de él en 1994) de encuentros y desencuentros, años en los que ambos se casaron con otras personas, pero jamás dejaron de relacionarse de una u otra manera, si bien, como ella también contó en alguna entrevista, solo compartieron “nueve noches”.
“No debería hablar sobre Onetti porque lo quiero mucho y hace mucho que lo quiero, pero en realidad puedo decir que no lo conozco (...) Ese desconocimiento mutiló, falseó y podría decir que empobreció una relación que pudo ser seria y entera, y no lo fue”, relataba Idea en ese audiovisual.
Su poema “Ya no”, uno de los más conmovedores de su producción, es un adiós al amante que le anuncia, sin previo aviso, que se va a Buenos Aires para casarse con Dolly Muhr (hoy viuda de Onetti), con versos rotundos como “ya no será / ya no / no viviremos juntos”, “no llegaré a saber / por qué ni cómo nunca / ni si era de verdad / lo que dijiste que era” o “no volveré a tocarte / no te veré morir”.
En 1957, con Poemas de amor, una de sus mejores obras, Vilariño devuelve la dedicatoria a Onetti.
Como explica a Efe Raquel Diana, actriz y dramaturga, “ella cumple con esa ilusión que cualquiera puede tener de que el poeta dice lo que nos pasa, solo que mejor”.
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“Es una poeta de palabra simple. Esto no quiere decir que lo que escribe sea sencillo o tenga un solo sentido fácil de descubrir. Por el contrario, es una palabra amable, que invita, que parece que cualquiera de nosotros podría haberlo dicho, aunque para decir eso hay que tener una gran maestría”, indica. Diana representó ayer, martes, fecha en que la poeta cumpliría 100 años, “Si muriera esta noche”, una creación “a partir de sus poesías y sus opiniones”.
A pesar de su imagen pensativa, seria o, como la describió Onetti, de “sonrisa giocondiana”, quienes la trataron siempre hablan de su vitalismo e, incluso, de su sentido del humor.
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“Era encantadora, juvenil en el mejor sentido de la palabra, no porque tratara de parecer más joven, sino porque era tan hermosa y tan vital que a nadie se le hubiera ocurrido preguntarle cuántos años tenía”, narra a Efe la investigadora argentina Josefina Delgado, autora de Alfonsina Storni. Una biografía. Ella considera que Idea “escribía por amor a la palabra” y que no le interesaba “el marketing”, y no promocionó tanto su obra.
Una noche, en los años 70, Alfredo Zitarrosa le pidió una canción que incluyó en un disco. Se trata de “La canción y el poema”.
Idea Vilariño murió el 28 de abril del 2009, apenas 19 días antes que su amigo Mario Benedetti.
Escritor Juan Carlos Onetti.