Montevideo.EFE
Una pequeña habitación rodeada de libros, un grupo de poetas y un público concentrado son los tres factores fundamentales de una fresca velada en Montevideo, en la que sobrevuela el recuerdo de Ernesto Cardenal de la mano de su amigo Mario Benedetti.
“De pronto suena en la noche una sirena de alarma, larga, larga”, reza uno de los poemas leídos en este evento organizado por la Fundación que lleva el nombre del escritor uruguayo; sin embargo, en esa esquina de la capital del país suramericano reina un silencio que solo se rompe con el aplauso de los presentes.
Personas de distintas edades, veteranos con bastones en mano, jóvenes de calzado deportivo y alguna vestimenta que deja ver que más de uno llega corriendo desde su trabajo.
Así está el público que copa la vieja casona de la Fundación Mario Benedetti, en donde se rinde homenaje a Cardenal siguiendo la tradición nicaragüense del Novenario.
“En Nicaragua y en la religión de la cual Cardenal era representante, los Novenarios son una ceremonia que se hace nueve días después de un fallecimiento. Teniendo en cuenta nuestro entorno le hemos llamado ‘Novenario laico’, puesto que en nuestro país y en esta fundación el laicismo es muy importante”, cuenta Hortensia Campanella, presidenta de la Fundación.
Durante la charla, esta escritora aprovecha para hablar de su colega nicaragüense, fallecido el 1 de marzo a los 95 años, y deja ver su admiración por él.
PUEDES VER Lima será sede de festival de marionetas
“Un gran poeta, un poeta nicaragüense, latinoamericano y universal, pero, además, un hombre comprometido con los derechos humanos, con los derechos de su pueblo y siempre en busca de la justicia”, subraya Campanella.
Premio Internacional Mario Benedetti a la Lucha por los Derechos Humanos y la Solidaridad en 2018, el nicaragüense Cardenal fue un gran amigo del uruguayo, según él mismo declaró en una grabación en la que agradeció la distinción recibida hace dos años y que es recordada en el encuentro.
Una televisión grande y moderna, ubicada cerca de un escritorio y delante de una gigantografía del escritor suramericano, es el lugar donde se proyecta este material guardado por los integrantes de la Fundación.
En él, Cardenal definió a Benedetti como un “entrañable amigo” y un “gran escritor” que tuvo como “fans” a la juventud latinoamericana “como ningún otro”.
“Él fue el que me introdujo a mí a la revolución, el que me abrió las puertas de la revolución”, dijo Cardenal en ese momento.
Eso es motivo de orgullo y algo muy importante para sus seguidores, según señala Campanella, que además destaca la apertura “al compromiso social” que tuvo el también sacerdote trapense gracias a su relación con el uruguayo y otros momentos de su vida.
“Cardenal tiene una larga trayectoria, muy larga como poeta incluso antes de su compromiso social y político muy reconocido con sus salmos allá por los años 60. Con posterioridad, su compromiso con la lucha del pueblo nicaragüense se traslució a su obra y también provocó el eco en muchos poetas latinoamericanos”, concluye Campanella.
Mientras tanto, poetas como Luis Bravo, Silvia Guerra, Gerardo Ciancio, Melba Guariglia, Miguel Ángel Olivera, Sabela de Tezanos o María Gravina siguen leyéndolo. Ese momento mágico en el que Cardenal sobrevuela Montevideo de la mano de Benedetti.