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Cultural

Víctor Delfín distinguido con el honoris causa por la universidad La Cantuta

Académico. El artista fue incorporado en mérito a su trayectoria profesional y contribución a la educación y cultura.

Víctor Delfín es un artista. También es un luchador social, como lo demostró épicamente en las calles contra la dictadura fujimontesinista. Sin duda, es de los que piensan que con las luchas también se educa. Precisamente, una institución educativa, la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, acaba de investirlo con el grado de doctor honoris causa “en mérito a su trayectoria profesional y relevante contribución a la educación y la cultura”.

La ceremonia se realizó el jueves pasado en su casa-taller, ubicada en Barranco. El acto protocolar fue presidido por el rector de la UNE, doctor Luis Alberto Rodríguez de los Ríos, acompañado por el vicerrector de investigación, Raúl Cortez Berrocal; la directora de la Escuela de Posgrado, Lida Asencios Trujillo; decanos y miembros del claustro de doctores de esta casa de estudios. Ricardo Borja Meza fue el encargado de leer el discurso de reconocimiento a la UNE, alma máter del magisterio nacional.

Maestro de arte

Con medalla en el pecho y diploma en manos, el veterano artista (Lobitos, Piura, 1927) recordó su tierra natal, sus años de infancia y el calor que recibió en su familia. Asimismo, se remontó a los años cuando se dejó llevar por su vocación artista, sus años de estudios, su pasión incansable de pintar y dibujar, la necesidad de crear y ser culto.

“Sea médico, arquitecto o abogado, la persona tiene la obligación de ser culto, de leer, de interesarse por el sonido, por el olfato y por la vista”, enfatizó.

Aseveró que “la creación no es un oficio ni una carrera, sino que es una pasión que linda casi con una enfermedad y que uno se apasiona y se dedica a eso porque es un don”.

“Me emociona –agregó– que La Cantuta me dé el honor de hacerme académico y no sé si lo merezco, pero lo más importante es que tengo una asociación muy fuerte con esta universidad, cuyo carácter es humano”.

Entre sus amistades, sus invitadas especiales, compañeras de lucha, estaban Raida Cóndor y Gisela Ortiz, familiares de los alumnos asesinados de La Cantuta y activistas en defensa de los derechos humanos en nuestro país. A manera de homenaje, Víctor Delfín señaló que la distinción, como un acto de justicia, la compartía con ellas.