Se define a sí mismo como un arquitecto de las oraciones; va colocando cada pieza hasta lograr la cohesión y musicalidad avizorada. Las obsesiones de Augusto Effio lo han llevado a batallar, por trece años, contra una novela que se niega a florecer al desperdigarse en relatos cortos.
Así germinó su libro Algunos cuerpos celestes, segundo conjunto de cuentos después de Lecciones de Origami. La sombra del terrorismo, los entretelones del fujishock, las transmutaciones televisivas y otros miedos son exhumados por el autor huancaino, quien considera importante perseguir los fantasmas de la historia antes que ellos nos alcancen.
En el podcast de La República Al pie de la letra, lo tuvimos como invitado especial. Líneas abajo les presentamos un fragmento de la entrevista. Asimismo, ya puedes escuchar el audio completo a través del siguiente enlace:
LR: El plazo de publicación entre Lecciones de origami y Algunos cuerpos celestes fueron 13 años. Estuviste escribiendo una novela.
AE: El núcleo duro de la novela, que no ha cambiado desde la primera vez que la imaginé, es la historia de un grupo de personas que se engañan mutuamente para obtener distintas cosas como amor, dinero, fama. El engaño principal consiste en inventar una serie de artículos periodísticos que dan cuenta de una amenaza a un pueblo (San Cristobal). Allí se inventa la amenaza de los pishtacos (...). De este núcleo se desprendieron naturalmente todos los cuentos del primer libro (Lecciones de origami). La ciudad adquirió un protagonismo que no me esperaba, tiene que ver también con mi condición de migrante. Vivo en Lima desde que terminé el colegio (...) y San Cristobal representa Huancayo, mi ciudad natal. Pero hay una mezcla con Lima y otras provincias.
LR: San Cristobal es como el caso de Santa María de Onetti, entre un Montevideo y Buenos Aires...
AE: No quiero ser pretencioso, pero (lo es) sin duda. No es nuevo en la literatura (crear) estas ciudades que condensan las virtudes y los defectos de los pueblos chicos y grandes urbes, especialmente dentro de Latinoamérica.
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LR: ¿Hay atracción tuya por la literatura de género o cine detectivesco?
AE: Soy un gran consumidor y devoto del cine negro. De hecho, en estos cuentos hay muchos guiños y homenajes que espero alguien los descubra y podamos compartir. Los ángeles al desnudo es una de las referencias (...). Esta clase de arte se caracteriza en el estilo, aquel punto determinante para saber si una película le pertenece o no (al género). Y el artificio es el diálogo, un duelo de ingenio entre el detective y sus informantes o el criminal. Lo que a mí me colma como autor es hablar del mundo en el que vivimos con desencanto e ironía. Los personajes son cínicos como en la realidad.
LR: ¿Qué identifica a tu estilo? Parece prevalecer el ritmo de la prosa.
AE: (No pasar al siguiente párrafo sin haber logrado lo requerido) ha sido un don y un látigo como diría Capote. Por un lado, esa es la literatura que me gusta; cuando compro un libro y me atrae es por el trabajo en el lenguaje. La historia y los personajes son un pretexto. Eso hago como autor, pero también es un castigo porque (por ello) mi producción no es tan amplia (...).
Si quieres escuchar la entrevista completa, no te olvides de escuchar el podcast Al pie de la letra por aquí ► https://bit.ly/2JVYqft