En Paucartambo (Cusco) confluyeron las creencias y el fervor de todo un pueblo. Propios y extraños se contagiaron de la alegría y religiosidad de la festividad en honor a la Virgen de Carmen. Devotos participaron en actos litúrgicos y rituales, mientras ofrecían sus rezos a la “Mamita” agradeciéndole o pidiendo su bendición.