Hay festival Arequipa. Fue el plato de fondo de la fiesta cultural. El autor de "Versos satánicos" y el Nobel peruano, animados, quebraron lanzas por la literatura en el Teatro Municipal de Arequipa.,Fue el encuentro esperado del "Hay Festival". La de dos héroes de carne y hueso de la escritura y a la vez antihéroes rebeldes a aceptar los designios de la realidad: Rushdie vivió a salto de mata amenazado de muerte por el radicalismo musulmán. Y Vargas Llosa no se queda atrás, ha sido un francotirador de gobernantes antidemocráticos y eso le cosechó muchos odios. La enorme expectativa por escucharlos se reflejó en la calle Mercaderes, donde se aloja el viejo Teatro Municipal mistiano. Ahí se formaron largas colas. Hubo mucho turismo que agotó con días de anticipación los boletos de ingreso. Quizá la organización del Hay Festival debió prever otro local más amplio. Ambos comenzaron hablando de sus libros favoritos que fueron entrenándolos en la vocación de la lectura y escritura. El auditorio los seguía absorto a media penumbra como oyendo a dos viejos contadores de cuentos. PUEDES VER: Mario Vargas Llosa: "Mi biblioteca entera será del dominio de todos los arequipeños" Leila Guerriero, la cronista argentina que ofició de moderadora, sostuvo que Rushdie y Vargas Llosa, a pesar de haber nacido en países diametralmente opuestos, hablado idiomas distintos, estuvieron conectados por un hilo fino, el de Madame Bovary (Flaubert), Lolita (Nabokov), James Joyce, Thomas Man, la Odisea etc. En sus años iniciáticos, Rushdie dijo que uno de sus libros fundamentales fue Las mil y una noches. También lo atraía la ciencia ficción: Ray Bradbury, Philip K. Dick, Isaac Asimov, Stanislav Lem, etc. Tanta era su identificación con esos personajes extraterrestre que en el colegio se sentía y lo hacían sentir como un alienígena. Franz Kafka, Marcel Proust, James Joyce figuran en su panteón privado. Sobre todo Kafka y por cuyos personajes se ha conmovido. Rushdie dio algunas claves de su literatura, le gusta contar historias donde el mal siempre gana. Eso es más realista. Vargas Llosa sostuvo que Los miserables fue un libro decisivo en su juventud. Quiso vivir la vida de esos personajes creados por Víctor Hugo. Tenía trece años cuando se zambulló en ese mamotreto de mil páginas que disolvían noches de imaginaria o consignación (castigo con el encierro del fin de semana) en el colegio militar Leoncio Prado. Ha vuelto una y otra vez a la obra, y en la relectura encontró detalles, matices que lo llevaron a publicar un ensayo llamado La tentación de lo imposible. Rushdie recuerda que a los 18 años leyó el El tambor de hojalata del autor alemán Günter Grass, y no lo entendió. Redescubrió su magia diez años después. PUEDES VER: Mario Vargas Llosa: “Tenemos que hacer que Vizcarra complete su mandato” “¿Descubrieron algunas necesidades vitales en los libros antes que en la realidad?”, preguntó Guerriero. Vargas Llosa sostuvo que se enamoró muy niño de una trapecista de circo que se instalaba en Cochabamba. Sobre el sexo supo una tarde cuando se bañaba en el río Piura y sus amigos le destruyeron su tesis idílica de que a los niños los traía la cigüeña. El escritor indio nacionalizado británico recordó que creció en su país natal bajo el manto de la represión; en el cine estaban prohibidas escenas de besos, nunca tuvo acceso a una biblioteca erótica; reconoció el sexo en Lolita y Trópico de Cáncer. Vargas Llosa ratificó su pleitesía por Madame Bovary. La primera vez que lo leyó fue un descubrimiento y le permitió definir qué tipo de escritor realista pretendía ser. Comprendió que cuando uno no es genio puede suplir esa carencia con la persistencia y esfuerzo. Flaubert era muy malo y con disciplina perfeccionó su estilo. PUEDES VER: El reportero y el escribidor ¿Qué escritores contemporáneos quedarán en el tiempo? Ambos coincidieron que el argentino Jorge Luis Borges. Rushdie le añadió Toni Morrison, Saul Bellow y Philip Roth. La velada terminó entre aplausos y un Rushdie eufórico lanzando la flor simbólica del Festival con gesto de rockstart. Nobel hizo entrega de dos mil 858 libros: Mario Vargas Llosa continuó cumpliendo actividades en su tercer día en Arequipa. Ahí entregó 2.858 ejemplares de libros y revistas de su colección personal a la Biblioteca Regional que lleva su nombre. El deseo del Nobel es que a su muerte toda su colección descanse en esta ciudad. Desde 2014 entregó casi 25 mil ejemplares. Ayer se hizo la sexta entrega. “Ninguna otra diversión deja una huella tan profunda en los espíritus como los buenos libros. Nada como los libros para aprender a conocer la lengua en la que nos expresamos”, señaló. También felicitó la aceptación al Hay Festival y propuso que se realice el Congreso de la Lengua Española en esta ciudad. Esta actividad reúne cada cuatro años a académicos, profesores universitarios y otros.