Toda la población portuaria se organizó para defenderse. El coronel Francisco Bolognesi fue enviado a Londres para comprar cañones, municiones y también buques, entre ellos el “Huáscar”, “Unión”, “Independencia”.,Conforme informaron nuestros agentes de inteligencia establecidos en la península ibérica, el verdadero propósito de la expedición “científica” enviada a América por la corona española en agosto de 1862, era el apoderarse de las islas de chincha. Este hecho se consumaría el 14 de abril de 1864, aprovechando hábilmente una serie de pretextos. El entonces presidente peruano Juan Antonio Pezet pidió al coronel Francisco Bolognesi y el sargento Mayor Emilio que revisaran cómo estaba la artillería en el Callao mientras el gobierno negociaba con la expedición española. ARMAS PARA LA DEFENSA Conocida la necesidad de contar con mejor y mayor cantidad de armamento ante un hipotético conflicto, el Perú envió a Bolognesi y los marinos Aurelio García y García, José María Salcedo y Miguel Grau a comprar material bélico como se detalla en el tomo V de la Historia General del Ejército del Perú (2005). PUEDES VER Día de la Bandera: conoce por qué se celebra cada 7 de junio Las negociaciones derivaron en la firma del Tratado Vivanco Pareja en enero de 1865, en el cual se dice que el Perú aceptaba las exigencias españolas, aunque otras versiones señalan que la “aceptación” peruana era en realidad una estrategia para ganar tiempo, mientras se adquiría armamento al otro lado del Atlántico. Pero la opinión pública peruana se enteró de la negociación, rechazándola abiertamente, a tal punto que el ex presidente Mariscal Ramón Castilla tuvo un intercambio de palabras con Pezet, costándole al primero ser enviado al exilio por órdenes del gobierno. En medio de esta coyuntura, acontecería un alzamiento en Arequipa liderado por el coronel Mariano Ignacio Prado, quien se movilizó hasta Lima y depuso a Pezet. Después de un breve gobierno interino, este finalmente cedería el poder a Prado bajo una dictadura. Inmediatamente el nuevo gobierno peruano le declaró la guerra a España, actitud a la que se unieron entre diciembre de 1865 y marzo de 1866 Chile, Ecuador y Bolivia. Mientras tanto, Bolognesi en Londres adquiría cañones, carabinas y buques, entre ellos figuraban la “Unión”, “América”, “Huáscar” e “Independencia”. Las dos primeras participarían el 7 de febrero de 1866 en el combate de Abtao, mientras que el “Huáscar” e “Independencia” llegarían luego del combate del 2 de Mayo, como señala el diplomático e historiador Juan del Campo en Batallas legendarias del Perú y del mundo. Episodios épicos y anécdotas militares 1836-1905 (2002). CHALACOS SE ARMAN Conocido el devastador bombardeo de la escuadra española contra el puerto chileno de Valparaíso el 31 de marzo de 1866, el Callao se organizó para su defensa. Durante casi un mes y corriendo contra Del reloj, la población empezó a fortificar sus costas, Y se unieron limeños, e incluso extranjeros. Funcionarios del gobierno, militares, reclusos, religiosos, mujeres de toda edad y hasta niños se dirigieron al puerto para colaborar en la construcción de sus defensas. Los sacerdotes en el púlpito y el repicar de las campanas encendían el patriotismo. Las monjas y amas de casa preparaban los alimentos y cosían los uniformes para los combatientes; políticos amigos y opositores de Prado se unieron por la defensa del puerto, mientras los presos pedían combatir prometiendo volver a la cárcel. No hubo distinción de status social, edad, género ni de nacionalidad a la hora de defender una vez más la Independencia del Perú y de América. La construcción de las defensas estuvo a cargo de los ingenieros Ernesto Malinowski (Polonia), José Cornelio Borda (Colombia) y Felipe Santiago Arancibia, entre otros, todos bajo la supervisión del ministro de Guerra y Marina José Gálvez Egúsquiza. El polaco Malinowski, por ejemplo, diseñaría y levantaría los parapetos, estableciendo además una red de comunicaciones entre las baterías de artillería empleando telégrafos, como resalta Jorge Basadre en su Historia de la República del Perú 1822-1933, tomo VI (2014). Unos cavaban, otros construían parapetos y torreones blindados a lo largo de la playa, militares y civiles empleando mulos y caballos trasladaban y armaban los imponentes cañones Armstrong y Blackely. En el “Ayacucho”, uno de los fuertes al norte del Callao, Andrés A. Cáceres supervisa los cañones y prepara a sus soldados para el combate. Las obras se prolongaban durante las noches. Era posible apreciar las fogatas que alumbraban el trabajo de los defensores, a fin de ganar tiempo. A un lado de la iglesia Carmen de Legua, se estableció un centro de comunicaciones por medio de telégrafos que transmitirían entre el puerto y la capital las noticias durante la contienda del 2 de Mayo de 1866. A dos días del combate, la población armaría dos cañones Blackely, dirigidos por el maquinista norteamericano Jorge Rumrtil, motivando que una de las piezas de artillería sea bautizada como “Cañón del Pueblo”, como describe Gustavo Pons Muzzo en Historia del Conflicto entre Perú y España (1966). Así, se construyeron en la costa del Callao las torres blindadas La Merced y Junín, los fuertes Santa Rosa y Ayacucho, así como las baterías Abtao, Maipú, Chacabuco, Provisional, Pichincha, Independencia y Zepita, este último levantado para el lado de la “Mar brava” en previsión de un posible desembarco por esa zona, quedando así lista la defensa del puerto en tierra y mar. “…Mañana le probaremos por tercera vez que es invencible el pueblo que combate por su honra y su libertad... Ellos tienen la fuerza; nosotros la justicia y el valor... Yo estaré con vosotros en el peligro…” serían las palabras de Prado dos días antes del memorable Combate del Callao.