Dos cineastas latinas ganaron los premios a mejor película y el premio especial del jurado en la edición virtual del Festival de Cine de Lima. Se trata de la brasileña Maya Da-Rin por la película A febre y la argentina Clarisa Navas por Las mil y una. La primera aborda una historia de la comunidad indígena de los desana, y la posible partida a Brasilia de una enfermera. Mientras que la argentina se enfoca en dos adolescentes en medio de los prejuicios hacia la comunidad LGTB. Junto al hispanochileno Theo Court, quien fue elegido el mejor director por Blanco en blanco, un crudo relato sobre el exterminio de indígenas en Tierra Del Fuego, las cineastas también convencieron a la crítica internacional.
Por Perú fue elegido el mejor actor Jesús Luque de Manco Capac y la mención especial como mejor ópera prima fue para la cinta en quechua Samichay. Por su lado, Círculo de tiza, de Diana Daf Collazos y Jean Alcócer, obtuvo el premio del Ministerio de Cultura.
En esta edición, las cineastas fueron mayoría en el jurado y, al conocerse la denuncia al director ganador del Óscar Alexander Payne, este dejó su lugar en el panel. Tener a mujeres en la toma de decisiones y dando opiniones es “fundamental para el cambio en nuestro país y no solo en el cine”, nos dijo días antes la presidenta del jurado, Melina León. “En el cine compartimos ideas, historias, experiencias, emociones, visiones del mundo. Es inaudito pensar que un medio tan importante e influyente siga solo en manos de los hombres. Tenemos que tener mujeres en los puestos técnicos, protagonistas, directoras y por supuesto ocuparnos de que en las competencias de cine no falten películas de mujeres. Solo así obtendremos una pintura del mundo más real y podremos avizorar nuevos caminos para la sociedad”.
El año pasado, la Asociación de Mujeres Audiovisuales (AMA) reveló una encuesta basada en testimonios anónimos de cien mujeres del sector que denunciaron acoso en Perú: 1 de cada 3 mujeres ha sido víctima de acoso durante una producción, el 48% ha recibido comentarios negativos sobre su cuerpo, más del 50% ha sido subestimada intelectualmente y el 65% ha sido testigo de situaciones de acoso a otras compañeras y compañeros. Como consecuencia de ello, la mayoría considera que el machismo y “las situaciones de violencia” las perjudicaron en su desarrollo profesional. “Celebro la creación de la AMA y su esfuerzo de agruparnos, de recoger historias e información sobre el acoso en los ámbitos laborales, de ofrecer apoyo emocional y legal a las víctimas y de denunciar los abusos para que estos no se repitan”, nos respondió la presidenta del jurado.