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Ciencia

Antiguos textos revelan que en Mesopotamia el amor se sentía en el hígado y el enojo en los pies

Un estudio revela cómo los mesopotámicos experimentaban emociones en el cuerpo. Destacan diferencias con la percepción moderna. Investigadores analizan textos antiguos para entender la conexión entre sentimientos y anatomía.



El amor es asociado con el hígado, el corazón y las rodillas en Mesopotamia. Foto: Lauri Nummenmaa y Juha Lahnakoski

Un equipo multidisciplinario de investigadores ha llevado a cabo un exhaustivo análisis de textos de la antigua Mesopotamia, específicamente de la lengua acadia, para desentrañar cómo las emociones eran sentidas y expresadas en el cuerpo hace miles de años. El estudio, que abarca un millón de palabras de escritura cuneiforme, se publicó en la revista iScience el 4 de diciembre. Los hallazgos sugieren que, para la cultura ancestral, la experiencia emocional no se limita al cerebro, sino que se manifiesta físicamente.

La profesora Saana Svärd, de la Universidad de Helsinki y líder del proyecto, mediante un comunicado, destaca que en la antigua Mesopotamia existía un conocimiento rudimentario de la anatomía. Se reconocía la importancia de órganos como el corazón, el hígado y los pulmones. Uno de los descubrimientos más sorprendentes es que la felicidad se asociaba con el hígado, un hallazgo que contrasta con la percepción moderna de las emociones.

El hígado como centro de felicidad

Los investigadores encontraron que, a diferencia de los mapas corporales contemporáneos, donde la felicidad se siente en diversas partes del cuerpo, en Mesopotamia se vinculaba específicamente con el hígado. Juha Lahnakoski, neurocientífico cognitivo, señala que, aunque hay similitudes en la forma en que se experimentan las emociones, el hígado destaca notablemente en la antigua cultura.

"Si comparamos el antiguo mapa corporal mesopotámico de la felicidad con los mapas corporales modernos —publicados por el científico finlandés  Lauri Nummenmaa  y sus colegas  hace una década—, son en gran medida similares, con la excepción de un brillo notable en el hígado", dijo en el mencionado comunicado, en la web de la Universidad Aalto.

Emociones contrastantes: ira y amor

El estudio también revela diferencias significativas en la percepción de emociones como la ira y el amor. Mientras que los humanos modernos tienden a sentir ira en la parte superior del cuerpo, los mesopotámicos la experimentaban en los pies, describiéndola como "calor" o "rabietas".

En cuanto al amor, aunque se siente de manera similar en ambas culturas, en Mesopotamia se asociaba con el hígado, el corazón y las rodillas, lo que sugiere una conexión más profunda entre las emociones y la anatomía en su contexto cultural.

La profesora Svärd enfatiza la importancia de considerar las diferencias culturales al comparar los mapas corporales modernos con los antiguos, ya que estos últimos se basan en descripciones lingüísticas y no en experiencias autodeclaradas. Este enfoque innovador podría abrir nuevas vías para explorar cómo las emociones son experimentadas en diferentes culturas.