Una tormenta solar que ocurrió en la Tierra, el domingo 7 y lunes 8 de agosto, causó un extraño fenómeno en Canadá donde una línea de luz púrpura —que se extendía por varios kilómetros— dividió el cielo en dos mitades.
El fenómeno, conocido por los científicos como Steve, fue avistado en Alberta, una provincia ubicada al sur de Canadá. El escritor y fotógrafo Alan Dyer registró el evento en una serie de imágenes que compartió en su Twitter.
STEVE se observa como una línea de color púrpura que parte el cielo en dos mitades. Fotografía tomada en el sur de Canadá. Foto: Alan Dyer / Amazing Sky / Twitter
Según Dyer, este “resplandor en el cielo” sucedió a las 12.30 a. m. (MDT, hora de verano de montaña) y duró aproximadamente unos 40 minutos. También precisó que se vieron manchas verdes a lo largo de la línea púrpura, pero solo fueron identificables por dos minutos.
STEVE es una franja delgada y extensa de color blanco y violáceo que suele ocurrir en Canadá. Foto: Alan Dyer / Amazing Sky / Twitter
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Steve es un extraño brillo blanco y violáceo en el cielo que puede permanecer durante una hora o más y se ve acompañado de rastros de luz verde de corta duración.
Su nombre proviene de las siglas Strong Thermal Velocity Enhancement, que se traduce en español como “fuerte mejora de la velocidad térmica”.
Aunque Steve ha sido avistado durante décadas, recién fue descrito en la literatura científica en 2018 por obra de grupos de cazadores de auroras boreales en el norte de Canadá, como Alberta Aurora Chasers.
En un inicio, los científicos pensaban que Steve era parte de las auroras boreales, ya que suelen avistarse poco después de estos fenómenos. Por ejemplo, el resplandor de la semana pasada apareció “cuando la aurora KP5 se calmó”, escribió Dyer en su red social.
Sin embargo, en los últimos años, los físicos espaciales han concluido que el fenómeno es un espectáculo de luces muy diferente a las auroras y todavía es desconocido para la ciencia.
Foto del fenómeno atmosférico STEVE durante la tarde del 10 de abril de 2018 en Prince George, Columbia Británica, Canadá. Foto: Ryan Sault
A diferencia de las auroras boreales, Steve no se forma cuando las partículas solares chocan en la magnetósfera de la Tierra y se dirigen hacia los polos. Por esa razón, suele observarse en latitudes más bajas, como en Canadá.
Según los científicos, el evento puede estar relacionado con “un proceso en la ionosfera“, una capa de la atmósfera terrestre que se extiende entre los 80 y los 100 kilómetros de altura y se encuentra directamente debajo del campo magnético del planeta.
La estrechez de Steve se ve recompensada por su longitud, que puede abarcar hasta 1.000 kilómetros de la bóveda celeste.
Asimismo, según observaciones y mediciones satelitales de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EE. UU, el aire dentro de Steve puede arder a más de 3.000 °C y se mueve 500 veces más rápido que el aire a su lado.