Un eclipse lunar total se producirá en la madrugada del 26 de mayo de 2021. Durante dicho evento astronómico, nuestro satélite natural se oscurece y adquiere un color rojizo, por lo que también se le conoce como “luna de sangre”.
En esta ocasión, coincidirá con el perigeo, el punto más cercano entre el satélite y la Tierra. Se ubicará a 357.462 km de nuestro planeta, lo que producirá una superluna más grande que la observada el mes pasado y que cualquier luna llena del 2021.
Este fenómeno doble, “superluna de sangre” o “eclipse de superluna”, se podrá observar a simple vista incluso desde las ciudades más iluminadas. A continuación, los detalles que se deben tener en cuenta para no perderse este fenómeno natural.
El fenómeno astronómico se verá en el oeste de Sudamérica (Perú, Ecuador, Chile y sur de Argentina), parte de Centroamérica, México, oeste de EE. UU., oeste de Canadá, Oceanía, este de Asia y las costas de la Antártida.
En el resto del continente americano y el centro de Asia, se podrá apreciar un eclipse parcial, cuando parte de la sombra de la Tierra se pose sobre la Luna. Es decir, no será una luna de sangre completa.
En tanto, en Sudamérica, el eclipse llegará a su máximo punto cuando esté muy cerca del horizonte, lo que podría dificultar su visibilidad.
De acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de EE. UU., el eclipse parcial comenzará a las 9.44 UTC (hora universal coordinada) y el eclipse total se producirá a las 11.18 UTC. Estos son los horarios por país:
Si bien todo el proceso dura alrededor de cuatro horas, se estima que la fase máxima (luna de sangre) durará un máximo de 14 minutos en los lugares más favorecidos, como Australia y Nueva Zelanda.
Un eclipse lunar se produce cuando la Tierra se opone entre el satélite y el Sol. De ese modo, la sombra o umbra de nuestro planeta se proyecta en la Luna, pero esta, en vez de oscurecerse por completo, adquiere un color que puede ser dorado, cobrizo o rojo como la sangre. ¿Por qué?
Lo que sucede es que los rayos de Sol atraviesan la atmósfera terrestre y llegan a la superficie lunar. En este proceso, la luz solar blanca —que viaja en diversas longitudes de onda, algunas de las cuales son colores visibles— se dispersa. De ese modo, la atmósfera filtra la mayor parte de la luz azul, que es la longitud de onda más corta, y deja pasar la luz naranja y roja, las más largas.
“La apariencia de oro, naranja o rojo de la Luna durante un eclipse lunar total depende de la cantidad de polvo, agua y otras partículas que haya en la atmósfera de la Tierra, así como de factores como la temperatura y la humedad”, detalla la NASA.
La NASA señala que cada año ocurren aproximadamente entre dos y cuatro eclipses lunares. No obstante, estos fenómenos pueden ser parciales, penumbrales o totales.
El año pasado hubo cuatro eclipses y todos fueron penumbrales, cuando el oscurecimiento de la Luna es apenas perceptible. Este año habrá dos eclipses lunares, el 26 de mayo, cuando será total, y el 18 de noviembre, cuando será parcial —aunque muy cerca de ser total—.