Las negociaciones de la conferencia de la ONU sobre cambio climático en Bakú, la COP29, llegan a su recta final este viernes, cuando se cumple el límite oficial para alcanzar un acuerdo sobre financiación.
Tras un primer borrador que causó decepción general entre delegados y oenegés, la presidencia azerbaiyana de la COP29 prometió presentar un segundo texto en torno al mediodía (08H00 GMT).
La presidencia indicó que se habían llevado a cabo consultas "hasta altas horas de la madrugada" e instó a las partes a "continuar colaborando [...] con el objetivo de presentar propuestas puente" para lograr un consenso.
El proyecto presentado la víspera incluía dos opciones, diametralmente opuestas, que respondían, de un lado, a las exigencias de los países en desarrollo y, de otro, a las de los países ricos.
La primera preveía que el dinero proviniese exclusivamente de las naciones desarrolladas, y la segunda proponía "aumentar" las finanzas mundiales contra el calentamiento global a partir de "todas las fuentes de financiación" procedentes de todos los países.
Sin embargo, el borrador no precisaba las cifras de las contribuciones, limitándose a apuntar que las cantidades aportadas deberán ser del orden de "billones" de dólares.
Unos 80 países del grupo AILAC (Asociación Independiente de América Latina y el Caribe), África y las islas reclamaron "como mínimo" 1,3 billones de dólares al año a los países ricos.
El enorme grupo de países G77+China exigió "al menos" 500.000 millones de dólares anuales para 2030.
"Todo lo que pedimos es solo el 1% del PIB mundial. ¿De verdad es eso pedir demasiado para salvar vidas?", sostuvo el jueves el negociador de Panamá, Juan Carlos Monterrey Gómez.
El tiempo apremia entre reunión y reunión y los ánimos están caldeados. Varios activistas denunciaron un "bloqueo" por parte de los países ricos que socava el avance de las tratativas.
"Esta imposición de los países del Norte de mantener una posición extremadamente dura, sin flexibilidad, es realmente uno de los principales problemas", señaló la activista brasileña Maureen Santos, de la oenegé FASE.
La próxima COP se celebrará en la ciudad brasileña de Belém el año que viene, una cita importante para la región.
"Podemos tener una hoja de ruta hacia Brasil donde podamos plantear cómo podemos recaudar ese dinero público para cerrar la brecha", sostuvo la ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad.
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