El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) examina este jueves una resolución presentada por los países europeos y Estados Unidos que condena a Irán por su falta de cooperación en materia nuclear, con el riesgo de una respuesta inmediata de Teherán.
La votación de los 35 Estados miembros de la Junta de Gobernadores del OIEA, reunidos en la sede del organismo en Viena, se efectuará por la noche, según fuentes diplomáticas preguntadas por AFP.
Los países occidentales sometieron, tras una primera advertencia en junio, un nuevo texto, subrayando la ausencia de avances en los últimos meses.
El documento, elaborado por Alemania, Francia y Reino Unido (E3) y Estados Unidos, recuerda a Irán sus "obligaciones legales", en virtud del Tratado de No proliferación (TNP) ratificado en 1970.
"Es esencial y urgente" que Irán dé "respuestas técnicas creíbles" sobre la presencia de restos de uranio inexplicados en dos sitios no declarados cerca de Teherán, Turquzabad y Varamin, escriben los autores de la resolución, consultada por AFP.
Los firmantes reclaman al OIEA "un informe completo" sobre esta disputa, fijando como fecha límite la primavera de 2025.
Desde 2021, Irán restringió significativamente su cooperación con la agencia nuclear de la ONU, desconectando cámaras de vigilancia y retirando la acreditación a inspectores experimentados.
Teherán niega tajantemente que busque desarrollar el arma atómica, pero su programa nuclear no hace más que crecer, provocando la preocupación de la comunidad internacional.
Esta vez, la resolución llega en un contexto particular, con una brecha entre la posición occidental y la del jefe del OIEA, el argentino Rafael Grossi.
La presentación de la iniciativa, de carácter simbólico, ocurre poco después de una visita de Grossi a Irán, que aceptó comenzar los preparativos para detener la expansión de sus reservas de uranio altamente enriquecido.
"Es un paso concreto en la buena dirección", insistió Grossi el miércoles, y lo es "por primera vez" desde que Teherán se liberó de sus compromisos establecidos en el acuerdo firmado en 2015 en Viena.
Este pacto preveía un alivio de las sanciones internacionales contra Teherán a cambio de que Irán diese garantías de que no busca desarrollar el arma atómica.
Pero descarriló en 2018, cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró unilateralmente a su país del acuerdo y restableció sanciones contra Irán.
Como represalia, Teherán aumentó considerablemente sus reservas de materiales enriquecidos y elevó el umbral al 60%, cerca del 90% necesario para fabricar un arma atómica.
El acuerdo, que intentó reactivarse en unas negociaciones infructuosas en 2022, limitó esta tasa al 3,67%.
Irán advirtió que reaccionaría "en consecuencia y de manera apropiada" a la iniciativa presentada, al igual que durante la adopción de resoluciones anteriores.
El voto "debilitará" las relaciones entre el OIEA y Teherán, reiteró el jueves el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Abás Araqchi.
Para Héloïse Fayet, especialista en materia nuclear en el Instituto francés de Relaciones Internacionales, esta iniciativa puede "perjudicar a los esfuerzos de Rafael Grossi".
"Pero las potencias occidentales están frustradas por la falta de eficacia de sus maniobras diplomáticas y buscan soluciones más firmes", declaró a AFP.
Según Grossi, "no se descarta" que, en caso de que se adopte el texto, Teherán incumpla su compromiso de congelar sus reservas enriquecidas en el 60%.
También podría "por ejemplo, aumentar el nivel de enriquecimiento", vaticina el experto en política extranjera, Rahman Ghahremanpur.
Pero el analista no espera "medidas estratégicas" drásticas, ya que "Irán no quiere agravar las tensiones" antes del regreso a la Casa Blanca del republicano Donald Trump, artífice de una política de "presión máxima" durante su primer mandato (2017-2021).
Sería una manera de dejar una puerta abierta a discusiones con "el que hizo fracasar todo" en 2018 pero al que le "gusta situarse como negociador jefe", apuntó Fayet.
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