Una goleada en contra 4-0 ante Ecuador en Guayaquil puso a Bolivia nuevamente con los pies en la tierra, mostró que fracasa en el llano y que su principal arma es su patio en la altura para llegar al Mundial-2026.
Bolivia está fuera de la zona de clasificación directa y de la repesca contra la selección de otra confederación, por las que deambuló en las últimas fechas e hizo soñar a la hinchada en reeditar su histórico arribo al Mundial de EEUU-1994.
Está en octava posición, en 11 fechas, con 12 puntos igual que Venezuela, pero con la pesada carga de 14 goles de diferencia en contra.
La cara de su timonel Oscar Villegas, tras concluir el encuentro en tierras ecuatorianas el jueves, es el reflejo del sentimiento que recorre en la 'Verde': Adusto, serio, buscando palabras para recuperar el optimismo, sin caer en un desmesurado exitismo de que el Mundial de Norteamérica 2026 está a tiro de piedra.
El adiestrador rebusca las palabras del tiempo que fue contratado en julio pasado y cuando Bolivia estaba sin chances mundialistas: "Estamos ocupándonos de lo urgente que queremos ganar siempre pero el proyecto es lo más importante".
Él ha dicho que hay un proceso y que su plan es remozar al equipo para buscar resultados a más largo plazo, pero que si ahora hay posibilidades mundialistas continuará sin pausa hacia una nueva epopeya.
Tras asumir la conducción de la 'Verde', el flamante director técnico tomó la decisión de cambiar el histórico escenario deportivo del Hernando Siles de La Paz, a 3.650 metros sobre el nivel del mar, y trasladar la sede al estadio de Villa Ingenio en El Alto a 4.150 metros.
Desde allí retomó la esperanza de volver a un mundial. Goleó 4-0 a Venezuela, arrancó una victoria 2-1 ante Chile en Santiago y derrotó nuevamente de local 1-0 a Colombia.
Pero luego se sumergió en su realidad, al recoger una dolorosa paliza 6-0 ante Argentina y un último 4-0 ante Ecuador.
El sentimiento es que Bolivia es una seria candidata para el máximo evento mundial de fútbol desde su patio en la altura, pero en el llano sigue siendo el equipo de siempre.
Carece de armas ofensivas, con un medio sector impotente para frenar al rival y que su muro defensivo se diluye lentamente y al final cae ante la incesante presión de los adversarios.
Villegas trata de dar razones del último papelón y señala que no metió a varios jugadores titulares en Guayaquil, para reservarlos ante Paraguay en el estadio de Villa Ingenio, el próximo martes.
El equipo dirigido por Gustavo Alfaro llegará envalentonado a suelo boliviano, tras su victoria 2-1 de local a Argentina, la última campeona del mundo y bicampeona sudamericana.
El adiestrador señala lo que se busca ante los paraguayos: "queremos seguir invictos en Villa Ingenio (El Alto), queremos seguir sumando de a tres. Hay un equipo que sueña, que quiere, queremos ganar a Paraguay".
Para el encuentro en puertas, Bolivia volverá a usar a varios titulares, como su defensor y capitán Luis Haquín, su volante ofensivo Miguel Terceros y su delantero Carmelo Algarañaz, tras superar suspensiones por acumular dos tarjetas amarillas o lesiones.
Es por eso que el siguiente partido se pinta para los bolivianos de vida o muerte. Si quiere que sus sueños no naufraguen debe ganar de local o mejorar de manera convincente sus participaciones de visita.
jac/ol