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Lazarus Lake, el creador de carreras en la frontera de lo imposible


Fundador de los 'Barkley Marathons', una de las carreras de ultra-trail más difíciles del mundo, el estadounidense Lazarus Lake ha construido su leyenda en pruebas "en la frontera entre lo posible y lo imposible", para poner "al hombre frente a la naturaleza".

Barba hirsuta, gafas pequeñas y mirada penetrante, Gary Cantrell, su verdadero nombre, se echa a reír cuando le dicen que las carreras que ha creado están entre las más difíciles del mundo.

"Se trata de mantener la carrera solo en el límite entre lo posible y lo que es imposible, para que solo los mejores de los mejores puedan acabar", explica en una entrevista a la AFP desde Castanet-Tolosan, cerca de Toulouse (centro-sur de Francia), adonde ha acudido para dar la salida a una carrera surgida de su imaginación.

La exigencia es extrema y así lo reflejan las cifras: desde 1986 y la primera edición, sólo 20 corredores han logrado finalizar la prueba.

Lazarus Lake, 69 años, implantó el decorado de la carrera que le ha hecho famoso en los fríos montes de Tennessee, en medio de un parque natural de nombre revelador: 'Frozen Head' ('Cabeza Helada').

- A las puertas de la cárcel -

"Las Brushy Mountains son el lugar donde hice senderismo durante años, se veían los caminos en los mapas, pero cuando los contornos no son claros, la gente no se siente atraída", sonríe este hombre originario de Texas.

En las cercanías del centro penitenciario de Brushy Mountain, en los espesos bosques por donde James Earl Ray, el asesino de Martin Luther King, trató de escaparse en 1967 antes de ser capturado, es un terreno ideal para Lazarus Lake.

"Con mi amigo Carl 'Raw Dog' y la mochila a cuestas, dimos la primera vuelta de la Barkley; fue un viaje tremendo y nos dijimos que podría ser una carrera infernal", recuerda este contable jubilado, entre dos caladas de cigarrillo.

En su primera versión, la prueba contó con 50 millas (80 km) y duró 24 horas. En 1995 el formato evolucionó: cinco vueltas y más de 160 km, con no menos de 60 horas para completar el recorrido.

"No disfruto con el dolor, pero a veces, para llegar a lo que queremos, es necesario algo de incomodidad", añade este hombre que siempre lleva un gorro rojo de lana en la cabeza, con la palabra 'Geezer', que podría traducirse como 'viejo cascarrabias'.

"Siempre hay que trabajar para lograr lo que queremos y creo que, cuando no es así, es porque pasamos por alto alguna cosa". Una filosofía que Lazarus Lake quiere inculcar cada año a los 40 esforzados que toman parte en la implacable Barkley.

- "Backyards" -

Una carrera que sumerge a los corredores en un infierno, teniendo que encontrar su camino y 13 libros esparcidos por el recorrido, teniendo que llegar a la meta con la página correspondiente a su número de dorsal.

El primero en finalizar la Barkley fue el británico Mark Williams en 1995, "que no creía que fuera posible" llegar al final, recuerda Cantrell. Solo otros 19 ultramaratonianos han logrado completar el recorrido desde entonces. La escocesa Jasmine Paris fue la primera mujer en hacerlo, en 2024.

Con un recorrido nuevo cada año, Gary Cantrell se muestra orgulloso de esta carrera: "Es el desafío del corredor total. Llegan a la salida y dejan todo el material electrónico y sus conexiones con el resto de la humanidad. Salen sólo con lo que pueden llevar y después, es el humano contra la naturaleza".

Pero este corredor de largas distancias no piensa sólo en la élite del ultra trail. Por ello creó en los años 2010 los 'Backyards', donde los participantes deben completar un circuito de 6,7 km en un tiempo máximo de una hora... hasta que sólo quede uno de ellos. El récord es de 110 horas seguidas, con 737,6 km recorridos.

"Hacer 6,7 km en una hora es fácil... pero es fácil hasta que deja de serlo. El desafío está entre el momento del descanso al final del circuito y la línea de salida, cuando tienen que volver a correr", explica Lazarus Lake.

El formato, accesible a corredores de todos los niveles, seduce cada vez a mayor número de adeptos. "Creo que es aún mejor porque cada persona llega a su límite", juzga Lazarus Lake.

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