Es difícil hablar de la gastronomía huaralina sin dejar de mencionar tres emblemáticos platillos: pato en ají, Sopa García y chancho al palo. Pruébalos en tu paso por el Norte Chico. ,Gunther Félix / Revista Rumbos En la ‘tierra de las naranjas’ también se come bien, reitera más de un huaralino que trata de convencer a los visitantes a aventurarse en una ruta culinaria por los restaurantes que se esconden y no se esconden en esta parada por el Norte Chico. PUEDES VER: Huaral: un destino gastronómico muy cerca de Lima La variedad de suculentos platos, bebidas refrescantes y dulces tradicionales reaparece en cada letrero de los establecimientos de comida que animan a los viajeros de a pie engreír a ese paladar tentado por el festín que propone Huaral ‘aquicito nomás’, a un paso de Lima. Ni un kilómetro más, nos sumergimos en tres platos típicos que nunca pasaran de moda en estas mesas huaralinas. El rey de la mesa Antes que la ‘hora loca’ reventará el jolgorio en las fiestas, antes que el pastel de cumpleaños robará la atención de los asistentes, el rey y motivo de toda celebración era el aclamado pato en ají. El pato en ají seguirá siendo el rey de las mesas huaralinas. Foto: David Esli. No es por pincelar de maravillas este potaje de exquisita carne y sabroso guiso, pero cuando un huaralino llegaba a casa y encontraba sobre la mesas el pato en ají, era por dos motivos: el cumpleaños de alguien o la celebración de algún acontecimiento importante. “El pato en ají tiene más de 200 años. No se sabe realmente su origen, pero si podemos asegurar que es un plato festivo y costumbrista. Era el principal festín de las reuniones familiares”, viaja en el tiempo Rosa Elena Balcázar, la presidenta de la Asociación de Hoteles, Restaurantes y Afines (Ahora) de Huaral. Ella también es una de las principales impulsoras del Festival del Pato, cuyo objetivo es revalorar este plato típico de Huaral, un producto turístico validado por el Ministerio de Turismo y Comercio Exterior. Y es que no hay quien niegue que esta tierna ave bañada en chicha de jora o cerveza, preparado a base de tres ajíes (amarillo, especial y marisol) y servido en guiso es la única sensación de ‘felicidad’ que puede devorarse sobre un plato. Lo justo para noquear al hambre. Sopa fusión Tan calientito como un caldo de gallina y tan consistente como un menú completo. La sopa García no solo fue creada para combatir el frío, también para reunir, fraternizar y complacer… no por algo su presencia en las mesas huaralinas tiene más de 60 años. Así de vanidoso es este plato fusión que combina sabores peruanos y chinos. La sopa García es ideal para combatir el frío y el hambre. Foto: David Esli. La leyenda culinaria de Huaral revela que la primavera de 1959, don Nicéforo García Jaime invitó a un grupo de amigos visitar el chifa de la familia Tang, conocida por preparar los mejores chaufa del Norte Chico. Para su mala suerte, llegaron tarde y no había atención al público. Pero el propietario, compadre del señor García, accedió a que don Nicéforo se hiciera cargo de la cocina. “Yo ya me voy, pero si tú quieres cocina”, escuchó. Entonces, manos a la obra y como todo un alquimista que perfecciona sus inventos del ensayo y error, logró concentrar en un sopa los jugosos trozos de cerdo asado, wantan frito, dos huevitos de codorniz y una tortilla de huevo cortada en tiritas. El resultado: una mistura de sabores y olores que encanta a cualquier comensal y, con mayor razón, más de un pedido García para las mesas. La sopa pegó en el paladar y el apellido, también. Chanchito querido Su aroma se siente desde que se pisa el territorio de Huaral. En cada esquina o avenida principal, el chancho al palo siempre es aclamado por los visitantes. Y es que cómo decirle no a ese puerquito dorado que se cocina sobre un rejado y acompañado de una rica carapulca. El chancho al palo se ha posicionado como uno de los más más emblemáticos de Huaral. Foto: David Esli. Su inconfundible aroma y sabor es único y necesita de leñas de olivo, paltos o frutos cítricos para darle ese olorcito especial que no todo experto conoce, lo resalta don Robertín, cuyo afamado plato es tan solicitado como su carismática presencia en las degustaciones. Ya lo sabe, si quiere degustar estos platos de antaño y conocer más de su historia culinaria, entonces recorra Huaral, donde se dará cuenta que en esta ‘tierra de naranjas’ también se puede comer rico. En Rumbo Viaje: de Lima a Huaral por la Panamericana Norte. Tiempo: 90 minutos. Restaurantes: chicharronería Lupita, lote 11 Jesús del Valle salida a Lima. El Rancho de don Robertín, fundo El Rancho, Retes. El Warmi, García Alonso s/n, Retes. Chifa Real: Calle Luis Colán 152.