Su cercanía a Puerto Maldonado y su infraestructura turística, convierten a la Reserva Nacional Tampobata (Madre de Dios) en el destino perfecto para descubrir la selva.,Rolly Valdivia / Revista Rumbos Mil veces le dijeron que se mantenga en silencio y mil veces se escuchó su vozarrón, sus carcajadas y su hipócrita i am sorry. Necio o rebelde -bah, eso no importa ahora- su actitud desesperaba a sus ocasionales compañeros de viaje, los cuales, es necesario decirlo, apaciguaban su furia imaginando diversas maneras para acallarlo. PUEDES VER: Amazonas: entre la historia y la naturaleza | FOTOS Todas eran perversas y se sustentaban en el uso tortuoso de la fauna de la Reserva Nacional Tambopata, el mundo verde en el que ellos aguzaban la vista para encontrar un lobo de río o contemplar a plenitud a los guacamayos que buscan sal en una collpa ribereña, mientras él se encargaba de espantarlos con sus estridencias vocales. En esos momentos de expectación quebrados por ese inesperado wonderful o amazing, daban ganas de que un jaguarcito, un tigrillo o un tropel de huanganas -tres de las 169 especies de mamíferos de la reserva- se encargaran del bullicioso, tarea que también podría ser cumplida cabalmente por una shusupe (serpiente) o un batallón de izulas (hormigas venenosas). Pensamientos siniestros que se difuminan y olvidan, porque la experiencia en la selva de Madre de Dios, jamás será estropeada por los exabruptos de un turista. Solo un mal rato en un bosque de buenos momentos: los pasos de explorador en una trocha, la lenta navegación por el brazo de un río, la búsqueda nocturna de caimanes, la lluvia purificadora con su aroma a biodiversidad. Y ven un pelejo (oso perezoso) mimetizado con el follaje, a varias tortugas asoleándose en un tronco, a un grupo de monos que brinca entre los árboles, y gozan de la sinfonía infinita de la selva y, en el lago Sandoval, avistan a los lobos de río, una especie amenazada que solo habita en aguas limpias y entornos saludables. Una buena señal en una reserva de 274 690 hectáreas en la parte media y baja de la cuenca del río Tambopata. Por su cercanía a Puerto Maldonado, la capital regional, es un destino ideal para vivir una experiencia única en los aguajales, pantanos, pacales y bosques ribereños de la Amazonía, más allá de las voces relampagueantes y los hipócritas i am sorry. Los datos Ruta: A Puerto Maldonado por vía área o terrestre desde Lima y Cusco. Desde Puerto Maldonado por carretera y vía fluvial hasta los albergues próximos a la reserva. Biodiversidad: 632 especies de aves, 1 200 de mariposas, 103 de anfibios, 180 de peces, 103 reptiles, 1 225 especies de plantas. Atractivos: Lagos Sandoval (40 minutos de Puerto Maldonado), Conococha (2 horas) y Sachavacayoc (a 45 minutos de Conococha), collpa Colorado, la más grande de la Amazonía.