Turismo

Conoce el Santuario de Amancay, el imponente lugar que inspiró a Chabuca Granda y que se encuentra cerca a Lima

El Santuario de Amancay es un refugio natural ubicado a solo una hora de Lima, entre Pachacámac y Lurín, y que sirvió de estímulo para que artistas, intelectuales y cantantes realizaran sus grandes obras.

El Santuario de Amacay se encuentra a una hora de Lima y es administrada por una empresa privada. Foto: Andina/LR
El Santuario de Amacay se encuentra a una hora de Lima y es administrada por una empresa privada. Foto: Andina/LR

Ubicado en las lomas de Quebrada Río Seco, el Santuario de Amancay destaca por ser la primera Área de Conservación Privada reconocida en Lima Metropolitana. Con una extensión de aproximadamente 800 hectáreas, este espacio resguarda cerca de 180 especies de flora y fauna.

Entre sus mayores atractivos se encuentra la Flor de Amancay, una especie endémica de la costa central del Perú que florece en invierno y ha sido protagonista en diversas expresiones culturales.

¿Por qué visitar el Santuario de Amancay?

El Santuario de Amancay es ideal para los amantes del ecoturismo, el deporte y la educación ambiental. Dentro de este espacio se pueden realizar actividades como trekking, ciclismo y trail running, lo que permite a los visitantes conectar con la naturaleza y disfrutar de un entorno único en las lomas costeras. Además, el lugar ofrece tres rutas principales para caminatas: El Huarango, Las Begonias y El Mirador, adaptadas a diferentes niveles de dificultad.

El santuario también resalta por su compromiso con la preservación de la Flor de Amancay, una planta en peligro de extinción debido al crecimiento urbano no planificado. Para garantizar la conservación del ecosistema, las visitas están organizadas con previa inscripción y acompañadas de orientadores locales.

Santuario de Amancay: un espacio cargado de historia e inspiración cultural

La Flor de Amancay no solo es un símbolo de biodiversidad, sino también de identidad cultural. En el siglo XVII, se celebraba la Fiesta de Amancay cada 24 de junio, donde los limeños disfrutaban de cabalgatas, música y danzas como la zamacueca en honor a esta flor. Esta tradición ha sido retomada en actividades culturales organizadas en la actualidad por instituciones locales.

La emblemática flor también ha inspirado obras como el vals “José Antonio” de Chabuca Granda, donde la compositora resalta la belleza de las lomas limeñas. Además, la Flor de Amancay aparece en los billetes peruanos y en el logotipo de los Juegos Panamericanos, consolidando su lugar en la memoria cultural del país.

¿Qué necesito para visitar el Santuario de Amancay?

El acceso al Santuario de Amancay está organizado mediante inscripciones previas, garantizando así un flujo controlado de visitantes y la preservación del espacio. La mejor época para visitarlo es durante el invierno, cuando las lomas alcanzan su máximo esplendor y la Flor de Amancay florece. Los visitantes deben seguir las indicaciones de los orientadores locales para garantizar una experiencia segura y respetuosa con el entorno.

El Santuario de Amancay es más que un espacio natural: es un lugar donde se celebra la biodiversidad y la herencia cultural de Lima. Visitar este santuario es una oportunidad única para conectar con la naturaleza, explorar la riqueza de las lomas limeñas y conocer más sobre la importancia de preservar los recursos naturales del país.