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Tecnología

¿Qué pasa si no cambio la pasta térmica de mi PC? Estas serían las terribles consecuencias

La pasta térmica es un componente esencial para evitar que el procesador de la computadora se sobrecaliente. Asimismo, esta debe ser cambiada periódicamente. De lo contrario, la PC se expone a sufrir daños graves.

La pasta térmica cumple un rol fundamental en el buen funcionamiento de la PC. Foto: Kooling Monster
La pasta térmica cumple un rol fundamental en el buen funcionamiento de la PC. Foto: Kooling Monster

El mantenimiento de la computadora es una de las acciones más importantes cuando se trata de extender la vida útil del equipo. Existen distintas para hacerlo, como limpiar el polvo que se le acumula, eliminar archivos o documentos que ocupan espacio innecesario, entre muchas otras. Todo ello ayuda a que la experiencia al usar la PC se mantenga en el máximo nivel.

Entre todos los consejos que se brindan para dar un buen mantenimiento a la computadora, uno de los más repetidos es evitar que los componentes se sobrecalienten. Esto cobra mayor relevancia al hablar del procesador. Para ese caso en especial, se utiliza la pasta térmica, un producto que disipa el calor. Sin embargo, no basta con utilizarlo una vez, ya que esta debe ser cambiada periódicamente. De lo contrario, la CPU puede sufrir graves daños. ¿Cuáles son? Aquí te lo explicamos.

¿Qué le pasa a mi PC si no cambio la pasta térmica?

La pasta térmica desempeña un papel fundamental en el cuidado del procesador de la computadora. Su función es similar a la de un puente, ya que actúa como un receptor del calor generado por la CPU y lo transfiere al disipador. De esta manera, todo se regula mediante la refrigeración por aire o líquida.

Con el paso del tiempo, la pasta térmica tiende a secarse. Esto ocasiona que el calor no se disipe adecuadamente, lo que resulta en un sobrecalentamiento del procesador. No obstante, el impacto no se limita únicamente a la CPU, ya que este problema desencadena daños en cadena en todo el hardware de la computadora.

A continuación, te explicamos qué tipo de problemas pueden aparecer en tu computadora por la ausencia del recambio en la pasta térmica:

  • Pérdida de rendimiento: Si la PC alcanza temperaturas altas que puedan ocasionar algún daño, entonces se activan mecanismos de protección. Sin embargo, estos afectan la velocidad, repercutiendo en el buen rendimiento de la ejecución de videojuegos o programas.
  • Sistema inestable: La computadora puede experimentar bloqueos, errores en los programas y reinicios inesperados.
  • Deterioro rápido de los componentes: Si la temperatura se mantiene alta durante un periodo prolongado, la vida útil del procesador, la tarjeta gráfica y otros componentes se verá reducida.
  • Presencia de ruidos extraños: Cuando el procesador trabaja sin la presencia de la pasta térmica, los ventiladores deben esforzarse mucho más para refrigerar todos los componentes. Por lo tanto, se generan sonidos molestos mientras se usa la PC.

¿Cada cuánto tiempo debo cambiar la pasta térmica?

La pasta térmica debe ser cambiada cada 2 o 3 años aproximadamente. De esta manera, te aseguras de que no llegue a su fecha de vencimiento. Es importante resaltar que este tiempo puede variar debido a varios factores que ocurran entre el procesador y el disipador.

En caso de que vayas a comprar pasta térmica o estés pensando en reemplazar la que ya has utilizado, es importante tener en cuenta los siguientes consejos:

  • Usa uno de buena calidad: En el mercado existen diversos modelos, por lo que es recomendable comprar una pasta térmica de alta calidad. No se debe comprar las más baratas porque, a largo plazo, se tendrá que reemplazar con más frecuencia. Esto no ocurre con las de mayor valor, pues tienen una vida útil mucho más extensa.
  • Limpia la superficie: Antes de colocar la pasta térmica en el procesador, asegúrate de limpiar bien toda la superficie.
  • Usa la cantidad adecuada: No es necesario emplear una cantidad excesiva de pasta térmica, ya que esto puede dificultar la disipación del calor y provocar un sobrecalentamiento. Lo recomendable es aplicar una capa delgada de manera uniforme.