¿Sabías que Google Maps borró una ciudad entera tras descubrirse que había plagiado?
Google Maps cayó en una vieja técnica usada por cartógrafos desde hace siglos.
Para muchos, Google Maps es uno de los servicios de geolocalización y mapas más útiles del mundo. Su conexión con la suite de Google Workspace lo hace, por defecto, también uno de los más utilizados, y pocos creerían que —dada la gran capacidad de Google— podría existir algún caso de plagio en su larga base de datos de caminos, ciudades, territorios, etc.
Pues bien, durante la década pasada, un caso demostró que ni la propia Google pudo resistirse a una de las prácticas más comunes pero infames de la cartografía desde hace siglos: plagiar el trabajo de otros.
Si, por ejemplo, pensamos en Google y sus servicios, como Maps y Earth, es inevitable imaginar sus conocidos carros escáner que recorren ciudades y demás localidades para tomar fotografías destinadas a su servicio Street View.
Nada de esto bastaría para completar la laboriosa hazaña de hacer un mapa del mundo entero tan detallado como el que tiene Google en sus servidores. En 2014, se descubrió que algunas partes de estos mapas estaban plagiadas de otros, y la forma de descubrirlo fue muy impresionante.
Una técnica cartográfica de siglos atrás
El problema de los plagios en la cartografía es tan antiguo que, desde hace mucho tiempo atrás, los cartógrados idearon una especie de medida antipiratería para esto. ¿En qué consistía? Nada menos que en crear calles, montañas o incluso ciudades ficticias.
De esta manera, si alguien copiaba el trabajo de otro, todo quedaría en evidencia por la inclusión de ciudades u otros elementos que no deberían estar ahí.
Eso mismo le pasó a Google en 2014, cuando incluyó la infame localidad de Agloe en sus mapas, la que es no más que una ficticia ciudad ubicada al norte del estado de Nueva York.
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Agloe es un caso particular, ya que estuvo incluida por casi 100 años en muchos de los mapas publicados durante el siglo XX. Su inventor lo hizo para identificar a los plagiadores de manera rápida y eficiente.
El problema de los plagios en la cartografía es muy común y la propia Google tuvo que retirar el mapa en 2014 tras incluirlo en 2013. Con su enorme capacidad de datos, los de Mountain View ni siquiera tenían que esforzarse para comprobar que la mencionada ciudad en realidad no existió nunca, ya que esto es de conocimiento común desde hace décadas y cualquiera podría haber alertado del error. Un yerro insólito para una compañía de ese calibre.