Zygmunt Bauman asegura que Mark Zuckerberg capitaliza el miedo a la soledad con las redes sociales, afectando nuestras relaciones
El sociólogo Zygmunt Bauman, conocido por su análisis de la modernidad líquida, dejó un legado de reflexiones sobre el ser humano y la sociedad en la que vive. En una de sus últimas entrevistas, Bauman se refería al impacto de las redes sociales y cómo éstas saben rentabilizar una de las emociones más universales y profundas: la necesidad de compañía.

De acuerdo con Bauman, el éxito de Mark Zuckerberg no se explica únicamente con la tecnología, sino con su capacidad para identificar la angustia que provoca la soledad. “Zuckerberg descubrió cuál es el miedo más grande de las personas y vive de ello”, dice el filósofo, acentuando el hecho de que las redes sociales han modificado la manera en que nos vemos y nos comunicamos, ofreciendo una ilusión de conexión que suele ser muy débil.
La reflexión que Bauman nos deja sugiere que hay que cuestionarse cuál es el verdadero significado de la conexión, ahora que el intercambio digital ha crecido. A medida que las plataformas sociales van aumentando, cabe preguntarse cómo pueden cambiar nuestra manera de entender la soledad y la comunidad.

Para el filósofo, el miedo a la soledad es una de las emociones humanas que se pueden manipular con mayor facilidad. Foto: Samuel Sánchez
La necesidad de compañía en la modernidad líquida
En su obra, Bauman presenta la modernidad líquida como un estado de cambio y fluidez constante, donde las relaciones humanas se caracterizan por la fugacidad. Dentro de este marco, la búsqueda de la compañía pasa a ser una necesidad emotiva. Dentro de las redes sociales, donde pueden acontecer encuentros, esta necesidad parece satisfecho, aunque a menudo de un modo superficial.
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El miedo a la soledad y su explotación comercial
Para el filósofo, el miedo a la soledad es una de las emociones humanas que se pueden manipular con mayor facilidad. Las plataformas sociales han creado un espacio donde la validación y la aceptación son medidas en forma de "me gusta" y de seguidores, lo que puede derivar en una dependencia emocional, lo que afecta a la salud mental de los usuarios y se convierte también en una fuente de ingresos altamente rentable para las empresas tecnológicas.
Las palabras de Bauman resuenan en un momento en que la sociedad enfrenta un dilema: ¿estamos realmente conectados o simplemente ocupando un espacio virtual? La crítica del filósofo nos invita a reflexionar sobre la calidad de nuestras interacciones y a buscar formas más auténticas de conexión en un mundo cada vez más digitalizado.