¿Puede contagiarse el coronavirus en el embarazo?
Incertidumbre. Un estudio de nueve bebés publicado en The Lancet demostró que los niños nacidos de madres contagiadas por el coronavirus no son infectados durante la gestación. Sin embargo, en un nuevo estudio de la revista JAMA, se encontraron anticuerpos del virus en el organismo de los recién nacidos.
Por: Alexandra Ampuero
El New York Times (NYT) informó la semana pasada de algunos estudios que se estarían llevando a cabo para conocer si es posible la transmisión del coronavirus durante la gestación. Es lo que los médicos llaman “transmisión vertical”. Aunque el artículo estadounidense pone en debate si el virus es capaz de ingresar en la placenta, los estudios muestran que, morfológicamente, no es posible.
La placenta o barrera placentaria que cubre al feto durante el embarazo es, literalmente, el lugar más seguro del mundo. Esta “normalmente bloquea a los virus y bacterias dañinas para que no lleguen hasta el feto, y permite la entrada de anticuerpos útiles que pueden mantenerlo a salvo de cualquier germen”, narra el artículo del NYT.
El doctor Alcides Cabrera, ginecólogo de SISOL Salud (Sistema de Salud de Lima Metropolitana), lo confirma: “el virus puede ingresar a las células humanas porque estas tienen los receptores ACE2 y estos no existen en la placenta”. Además, cuenta que “la placenta tiene la conducta de una barrera: no deja que ninguna sustancia baje a dañar al feto”.
Fue distinto con el Sars-Cov-1 (primer tipo de coronavirus), aparecido en 2002. Las evaluaciones del momento “sí sugirieron infección durante la gestación: en algunas gestantes produjo partos prematuros y retardo de crecimiento”, anotó Cabrera.
En la revista estadounidense también mencionan otros virus letales que tuvieron influencia en el embarazo: “El ejemplo más reciente es el del Zika, que causó microcefalia y daños neurológicos profundos en el feto”.
Pero, dice la revista según los recientes estudios, “ni el nuevo coronavirus ni sus cepas relacionadas parecen pertenecer a esta categoría peligrosa”. La doctora Carolyn Coyne, citada por el NYT, advierte que, de ser así, “ya estaríamos viendo niveles más altos de aborto espontáneo y parto prematuro”. Y en la realidad no ha sucedido así.
Sin embargo, en dos estudios que menciona el NYT se encontraron “anticuerpos en los recién nacidos que reconocen el virus, lo que sugiere que sí llega al feto”. Pero los mismos expertos reconocen que “estos virus son demasiado grandes para moverse a través de la placenta”. Así, entra en el debate la posibilidad de que la transmisión se haya dado durante el parto, a través del personal médico.
El doctor Cabrera expuso que, efectivamente, “este virus, por tener como envoltura una doble capa lipídica, es tan grande que no cabe por la placenta”. Formula, entonces, que, “por tal motivo, la transmisión vertical (de madre a hijo) se está descartando”.
Es así que se refuerza la idea de que los pocos positivos que se han registrado hasta ahora han sido por malos cuidados al momento del alumbramiento. “Se está considerando que hay partículas muy pequeñas escapándose en regular cantidad en los ambientes cerrados donde no existe desplazamiento de aire”, comenta el ginecólogo.
Sostiene que “las mascarillas, por más seguras que sean, controlan el 98% del ingreso de los virus en el exterior hacia la persona que la usa, pero hay un 2% que sale de la persona hacia el exterior y ahí es donde produce el contagio”. Agrega que “hay que tener en cuenta que el virus también se transmite mediante el sudor y otras formas de secreción”.
Referente al postparto, el ginecólogo explica que “para el personal médico, el uso de la mascarilla es vital, así como los guantes y ropa de protección: es la única forma para evitar su difusión”. Además, indica que las madres también tienen que protegerse: “deben atender a sus hijos con mascarilla, insistir con el lavado de manos con agua y jabón y realizar limpieza de la mama antes de dar de lactar”.
Respecto a este último punto, Cabrera mencionó que la madre tiene que dar de lactar porque en la leche materna se encuentran dos sustancias vitales: unas, nutricionales para el bebé y otras, las inmunoglobulinas que lo protegerán durante sus primeras semanas de vida.
Aclara que, según los seguimientos médicos desde mediados de enero, “no se ha visto en ningún recién nacido que ha recibido lactancia de pacientes con coronavirus un contagio o complicación”. Añade que, si bien la leche materna es una secreción, existen en ella muchos factores de protección (anticuerpos). Es decir, el bebé está seguro lactando.
El NYT concluye que, como afirmó la doctora consultada, “es difícil saber si el coronavirus causa algún daño en el útero hasta que no pasemos por el ciclo completo del embarazo y el parto”. Para eso se necesitan nueve meses, y el virus recién tiene tres de existencia.
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