Pedraza: “Las propuestas en seguridad convierten a la Municipalidad de Lima en billeteras de PNP e Interior”
El exministro del Interior Wilfredo Pedraza analiza en la siguiente entrevista las ofertas electorales en materia de seguridad de los candidatos a la Municipalidad de Lima. Advierte que lo que se ha escuchado revela una “ausencia absoluta” de planteamientos que estén dentro de las competencias de los alcaldes.
—¿Qué le han parecido las propuestas de los candidatos a Lima sobre seguridad?
—La primera reacción es de sorpresa, por ausencia absoluta de planteamientos que tengan competencia municipal y que puedan mejorar la seguridad. Todos tienen un discurso uniforme, hay que combatir la inseguridad, pero la mayoría de las propuestas escapan de las competencias municipales y se reducen a un aporte económico de la Municipalidad de Lima a favor de la Policía.
—¿A qué se refiere?
—Es muy poco lo que observo como propuestas centrales en materia de seguridad. La Municipalidad de Lima, en esta lógica, se convierte simplemente en una billetera del Ministerio del Interior y de la Policía. Alquilas motocicletas, patrulleros se traduce en un aporte económico, y no estoy seguro de que esa sea la función del municipio. Tampoco creo que este sea el gran problema de la inseguridad. El sector Interior tiene dinero; el asunto es usarlo bien.
—¿Me puede dar un ejemplo de propuesta por fuera de las competencias municipales?
—Por ejemplo, construir módulos que agrupen a operadores de la justicia, jueces, fiscales y policías. No encuentro ninguna competencia municipal en eso. La administración de justicia corresponde al Poder Judicial. Ahora bien, el alquiler de patrulleros y motocicletas es algo puramente logístico. Si la idea es aumentar el patrullaje para mejorar la seguridad, parece un concepto interesante. Pero, al final, como digo, todo se reduce en aportar económicamente al sector Interior, y el ámbito municipal es mucho más amplio.
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—Urresti y López Aliaga hablaron de alquilar patrulleros y motos. Lo que dice es que esto es gasto de dinero, pero sin mayor sustancia, ¿correcto?
—Para ser precisos, incrementar el patrullaje diario es una buena receta para mejorar la seguridad. El asunto es que eso es competencia de la Policía…
—¿Que no tiene por qué asumir la municipalidad?
—Es correcto. Y, además, hay un problema de fondo importante. Se pueden tener 10.000 motocicletas, ¿pero de dónde sacamos a los 20.000 efectivos para que las conduzcan? Por moto se requieren dos tripulantes por día. Esa cifra no existe. Cuando uno diseña equipamiento policial, tiene que proveer al conductor, al tripulante. Nada resuelve el adquirir mañana vehículos sin operadores. Puede ser una idea interesante en abstracto, pero irreal. Estos temas los propusieron Urresti y López Aliaga. ¿Los demás? Chehade, nada, salvo la prevención social, que es un discurso vacío. La propuesta de la candidata Soto Velásquez para cambiar los delitos de robo y secuestro a terrorismo urbano fue penosa y patética. La verdad es que una propuesta sostenida para que un alcalde implemente una política en favor de la seguridad no he visto, lamentablemente.
—¿Más parecen candidatos a ministros del Interior?
Sin duda. Los candidatos a alcalde de Lima más parecen candidatos a comisarios, porque tienen que ver con temas estrictamente policiales. A ver, es interesante cuando Urresti plantea comprar…
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—¿Los francos?
—Así es, de 2.000 policías. Es interesante. Pero aun en esa idea el asunto es cuál es la función municipal. La municipalidad comprará el franco, de acuerdo; pero luego todo lo que viene después es un asunto meramente policial. El alcalde no va a supervisar —no puede— lo que hagan esos 2.000 efectivos. De nuevo, todas las propuestas en seguridad convierten a la Municipalidad de Lima en billetera de la Policía y del sector Interior, cuando se debería mirar la función municipal, sus atribuciones, competencias, y plantear ideas de otra naturaleza.
—Y la municipalidad parece ser más una especie de comisaría.
—Son propuestas de carácter electoral, porque no van a traer 10.000 motocicletas, no hay forma. Y tengo la impresión de que jamás se construirán mega módulos de justicia. Y se podrán comprar algunos francos, aunque eso es una gota en el desierto.
—¿Es muy complicado traer motos?
—Porque comprar o alquilar motos supone un proyecto de inversión que toma unos seis meses, aproximadamente. Quien dice que toma menos tiempo miente. La inversión pública tiene ciclos y eso no se puede evitar. Y, lo segundo, al segundo o tercer año se podrá tener la tripulación necesaria. En el Gobierno de Ollanta Humala, con mucho esfuerzo, se logró formar a 42.000 nuevos policías, porque forzamos a toda su capacidad las escuelas policiales. En la actualidad, por año, no egresan más de 3.000 policías, y se van al retiro un número parecido. Con esas cifras no hay manera de tener tripulantes para los vehículos. La solución no es solo comprar. Hay que comprar, pero previendo todo lo que se necesita: personal, logística, equipos de radio y demás para un patrullaje eficiente.
—¿Cuáles deberían ser, entonces, las prioridades de un alcalde de Lima en materia de seguridad?
—A ver, las municipalidades tienen una relación directa con la seguridad. La ley las obliga a tomar acción en ese sentido, por ejemplo, cerrar o regular los mercados informales. Todos sabemos dónde se venden objetos robados. Eso es competencia estrictamente municipal. Aparte, hay medidas básicas que están en los manuales de todo el mundo, como preocuparse por la iluminación de las vías públicas, especialmente donde la incidencia del delito es alta. Luego, hay que recuperar áreas verdes. Área verde abandonada es lugar de concentración de la delincuencia. Y muy importante, hay que resolver los cuellos de botella de congestión del tránsito. Ahí sí hay competencia municipal, para regular las vías principales. Vemos todos los días en los noticieros cómo los delincuentes aprovechan a diario las congestiones vehiculares para robar. Sí, pues, quizás la foto no sea inmediata, pero a largo plazo la foto sería muy potente para la ciudad. Y a eso súmele el aumento del patrullaje del serenazgo.