Inmigrante guatemalteca que cruzó la frontera embarazada se salva de ser deportada: ''Mi bebé podía morir''
Erika fue sometida a un proceso de deportación acelerada por las políticas de Trump, pero logró evitarlo gracias a la intervención de la gobernadora de Arizona, Katie Hobbs, y su abogado Luis Campos.

Una inmigrante guatemalteca, que cruzó la frontera de Estados Unidos mientras estaba embarazada de 8 meses, dio a luz en un hospital de Arizona. La mujer de 24 años, identificada solo como 'Erika', ha evitado una deportación inmediata tras la intervención de la gobernadora del estado, Katie Hobbs, según informó su abogado y un funcionario federal este sábado.
El caso de la inmigrante causó revuelo luego de que su defensor legal, Luis Campos, contara que los agentes federales le negaron el acceso para ver a su clienta en el hospital de Tucson tras su parto el día miércoles. Las autoridades le dijeron al abogado que la paciente sería deportada rápidamente por haber entrado al país ilegalmente.
La inmigrante llegó a Estados Unidos tras cruzar la frontera embarazada de 8 meses
La joven madre habría entrado a Estados Unidos con un embarazo avanzado, de 8 meses. Nacida en Guatemala, la inmigrante cruzó la frontera, tras caminar 2 días por el desierto de Sonora en México. Ella fue detenida unas 50 millas al sur de Tucson, en Arizona. Según Luis Campos, su abogado, la madre de la mujer le contó que 'Erika' huyó de una "situación violenta" en su país de origen. De acuerdo con Campos, la inmigrante siente temor por regresar a Guatemala, y remarcó su derecho de solicitar asilo en Estados Unidos.
El miércoles, 'Erika' dio a luz en el Centro Médico de Tucson. Ella se enfrentaba a un rápido proceso de deportación bajo la política de "expulsión acelerada" del presidente Donald Trump, lo que podría haber puesto su salud y la de su bebé en riesgo. Campos fue alertado cuando fue a ver a su clienta al hospital y las autoridades le negaron el acceso. Ante ello, solicitó ayuda a los medios locales y su pedido fue escuchado por la gobernadora de Arizona, Katie Hobbs.
Inmigrante guatemalteca detenida por CBP luego de dar a luz en hospital de Arizona
Inicialmente, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP) había dicho inicialmente a medio locales que la mujer se enfrentaba a una "expulsión acelerada", que consiste en un proceso de deportación rápido sin una audiencia ante un juez de inmigración. En ese momento, la inmigrante seguía en el hospital, y se le iba a dar la opción de irse con su bebé o dejarle en el país.
Sin embargo, CBP luego indicó que la mujer había sido colocada en procedimientos normales de deportación y tendría la oportunidad de apelar su caso. "La mujer fue transferida a las Operaciones de Ejecución y Remoción de ICE con una cita en corte para comparecer ante un juez de inmigración", indicó un portavoz de la CBP. "La niña permanece con la madre".
Liberan a madre guatemalteca, pero aún enfrenta deportación
Según el medio Tucson, la madre y su pequeña bebé, ciudadana estadounidense, ya fueron liberadas de la custodia de ICE. La mujer todavía está sujeta a un proceso de deportación, pero ya no enfrenta una expulsión inmediata, luego de que los agentes de inmigración cambiaran su decisión.
Al respecto, su abogado Luis Campos dijo que ambas se encuentran en buen estado de salud, y añadió sobre el fallo: "Me encantaría poder decir que ellos (DHS) tomaron la decisión correcta basándose en motivos humanitarios, pero para mí es igualmente evidente que tomaron esta decisión porque se vieron obligados a tomar esta decisión, basándose en la presión pública".
Madre inmigrante se pronuncia: ''Mi bebé podía morir''
En diálogo con Univision, la ciudadana guatemalteca narró el calvario vivido al saber que su bebé corría peligro. ''Tenía 2 días caminando por el desierto, buscando ayuda. Ya me había resignado de que no me iban a encontrar'', narró 'Erika'. Además del intenso dolor que sentía, ella estaba muy deshidratada cuando los oficiales la hallaron, por lo cual fue trasladada al hospital.
Finalmente, su parto tuvo que ser inducido. ''Perdí líquido, posiblemente por caminar mucho, porque se me rompió la fuente. El parto tenía que ser provocado porque mi bebé podía morir'', comentó. Ella narró que luego del parto, la trasladaron al centro de detención, donde tuvo que dormir en el piso: ''Me dieron un colchón y unas mantitas'', finalizó, y resaltó que no pudo conciliar el sueño.






















