‘Todo por amor’ y la invisibilización del amor LGTBI en la televisión peruana
La casi nula existencia de parejas gay demuestra que la homosexualidad sigue siendo un tabú dentro de la programación nacional actual.
El pasado miércoles 25 de marzo, Latina anunció la suspensión del programa ‘Todo por amor’ debido a la expansión del coronavirus en el Perú; situación que imposibilitaba la continuación de las grabaciones.
Durante poco más de un mes, los televidentes fueron testigos de la búsqueda del amor de 14 participantes a través citas a ciegas. Sin embargo, existen otros tipos de vínculo excluidos en el reality (y en la televisión peruana en general) y cuyas experiencias quedaron invisibilizadas: las relaciones LGTBI.
‘Todo por amor’ fue un programa de televisión presentado a través de la señal de Latina, cuyo objetivo era ayudar a 14 participantes (siete hombres y siete mujeres) a encontrar el amor. Cada día, los concursantes eran elegidos por los ‘templados’, un grupo de personas que, a través de una llamada o correo electrónico, manifestaban su interés en conocer a un ‘soltero’ determinado.
Antes de conocerse cara a cara, ambos eran separados por un biombo a través del cual la persona soltera hacía preguntas a su contraparte ‘templada’. Sobre la base de las respuestas de los interesados, el concursante principal definía si aquella primera vista se concretaba con una cita o un ‘choteo’.
Todo por amor
En total, se emitieron 28 programas de ‘Todo por amor’. Mientras que duró le temporada, se presentaron decenas de ‘templados’ y ‘templadas’, se concretaron algunas citas, se vivieron ‘choteos’; pero no se vio, en ninguna de todas las ediciones del reality, ni una sola pareja homosexual.
Hubo dos participantes (un hombre y una mujer) que superaban los 40 años, un joven afroperuano, una mujer argentina y un hombre español. Había chicas más delgadas que otras, todos los tonos de piel, tamaños y orígenes socioeconómicos. Sin embargo, otro tipo de puerta no se abrió tan fácilmente como el biombo que separaba a ‘templados’ de ‘solteros’ porque jamás existió. ¿Cómo se explica que, un programa cuya razón de ser era la búsqueda del amor, (‘algo que tanto nos falta’, en palabras de Karina Rivera, coconductora del reality), haya decidido invisibilizar los vínculos amorosos de un sector tan vulnerable en el Perú?
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Para Gabriela Zavaleta, activista y presidenta de la organización feminista Más Igualdad, la homosexualidad y la bisexualidad continúan siendo temas tabú en la sociedad peruana. ''Que un programa de televisión peruana se anime a presentar historias reales de amor LGBT es todavía visto como un gran riesgo comercial. En otros países de la región se ha logrado superar esta idea [...] coincidentemente [...] donde ya hay leyes a favor de las personas LGBT [...]. En Peru, hace poco se transmitió el capítulo de una novela en la que no se censuró el beso entre dos chicos gays, lo cual fue muy aplaudido por sus seguidores'', explica.
El capítulo del que habla Gabriela es de la telenovela mexicana ‘Mi marido tiene familia’, emitida por América TV y donde el pasado enero, se transmitió el primer beso gay adolescente. Pese a este pequeño logro, en la pauta actual de señal abierta, las personas y parejas homosexuales suelen ser ridiculizadas, burladas, golpeadas, estigmatizadas con ‘actitudes’ femeninas, no ocupan ni interpretan personajes principale. Por otro lado, la comunidad transgénero, directamente, no existe
Televisión peruana
Según el informe ‘Monitoreo y Análisis de Medios con Enfoque en Diversidad Sexual y de Género’, elaborado por Promsex, el tipo de titulares estereotipantes presentes en los diarios, se basa en ''la normalización […] de la discriminación sistemática hacia las personas LGBTI por parte de otros miembros de nuestra sociedad que han asimilado como parte de su cultura el rechazo hacia lo diferente’’.
La casi nula inclusión de personas LGTBI en la televisión también responde a una normalización y aceptación implícita que acata lo heterosexual como norma y el resto como excepción. ’'Para nosotres, ha sido difícil crecer en un mundo en el que no se nos mostraba imágenes ni historias de lo que sentimos, lo cual nos ha llevado a crecer en una suerte de soledad que las personas heterosexuales no han tenido que pasar, pues su forma de amar siempre ha sido lo normal’', agrega Gabriela Zavaleta.’'[...] Es indispensable que los medios de comunicación y las productoras de televisión dejen de subestimar al público, pues cuando se atreven a dar pasos adelante hacia la igualdad se benefician las empresas y se beneficia la sociedad’'.