
Republicanos critican a ciudades santuario porque consideran que "albergan a criminales violentos y los protegen de las autoridades de inmigración"
Legisladores republicanos arremetieron contra los alcaldes de ciudades santuario en EE. UU acusándolos de brindar refugio a inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales.
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Las ciudades santuario vuelven a estar en el centro de la controversia en Estados Unidos. Durante el primer discurso de Donald Trump ante el Congreso, congresistas republicanos criticaron a los alcaldes de estas ciudadas, asegurando que sus políticas ponen en riesgo la seguridad de los ciudadanos de EE. UU. Según señalaron, estas jurisdicciones impiden la cooperación con las autoridades migratorias y permiten que inmigrantes indocumentados con antecedentes penales permanezcan en el país.
"No podemos permitir que las políticas pro-criminales y extranjeras de las ciudades santuario obstruccionistas continúen poniendo en peligro a las comunidades estadounidenses”, sentenció el presidente del Comité, el republicano de Kentucky James Comer, en su discurso de apertura de la sesión brindada por Trump el martes 4 de marzo en el Congreso de los Estados Unidos.
La agenda migratoria fue uno de los temas que se abordaron en el pleno. Mientras los republicanos exigian medidas más estrictas contra las ciudades santuario, los líderes demócratas defendían su postura en contra de estas exigencias, argumentando que sus políticas buscan fomentar la confianza en las comunidades migrantes y evitar la discriminación.
Republicanos intensifican su ofensiva contra ciudades santuario de los EE. UU
Los congresistas republicanos han redoblado su crítica a las ciudades santuario, señalando que estas políticas afectan la seguridad en Estados Unidos. Durante la audiencia, argumentaron que las jurisdicciones que limitan la cooperación con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) dificultan la detención y deportación de inmigrantes con antecedentes criminales.
La representante Nancy Mace, de Carolina del Sur, quien lanzó algunos de los ataques más duros contra los alcaldes, acusó a los alcaldes de ciudades santuario de tener “las manos manchadas de sangre”. “¿Odian todos a Donald Trump más de lo que aman a su país?”, “¿están todos dispuestos a ir a la cárcel por violar la ley federal?”, “¿aman a los extranjeros ilegales más de lo que aman a sus compatriotas?”, preguntó a cada uno de las autoridades.
Según argumentan los regidores republicanos, la falta de colaboración con las agencias federales ha permitido la liberación de individuos peligrosos, lo que representa un riesgo para las comunidades. En contraste, los alcaldes demócratas de Chicago, Denver, Boston y Nueva York defendieron su postura sobre incentivar políticas que garanticen el bienestar de la comunidad migrante, la cual ha sido estigmatizada por las autoridades alineadas al gobierno de Trump.
“Sabemos que existen mitos sobre estas leyes. Pero no debemos permitir que las caracterizaciones erróneas y el alarmismo oscurezcan la realidad de que los índices de delincuencia de Chicago tienden a la baja. Nos queda un largo camino por recorrer, pero sensacionalizar la tragedia en nombre de la conveniencia política no es gobernar", argumentó Brandon Johnson, alcalde de Chicago.

Miembros del gabinete del presidente de EE.UU., Donald Trump durante su discurso ante del Congreso. Foto: AFP
Defensores de las ciudades santuario responden a las acusaciones
Frente a las críticas, los alcaldes de varias ciudades santuario han defendido sus políticas, asegurando que su objetivo es proteger a los inmigrantes y fortalecer la seguridad pública. Argumentan que permitir la colaboración entre la policía local y las autoridades migratorias generaría miedo en la comunidad, dificultando la denuncia de delitos y debilitando la confianza en las fuerzas del orden.
“La falsa narrativa es que los inmigrantes en general son delincuentes, o que los inmigrantes en general causan todo tipo de peligros y daños. Eso es en realidad lo que está minando la seguridad en nuestras comunidades”,, señaló la alcaldesa de Boston, Michelle Wu, en respuesta a preguntas del representante republicano de Arizona Paul Gosar. “Si quieren que estemos seguros, aprueben reformas sobre las armas. Dejen de recortar Medicaid. Dejen de recortar la investigación sobre el cáncer. Dejen de recortar fondos para los veteranos”, remató Wu.
El enfrentamiento entre republicanos y defensores de las ciudades santuario se produce en un contexto de creciente polarización sobre la inmigración en Estados Unidos. Mientras los legisladores conservadores presionan por leyes más estrictas, los demócratas buscan mantener protecciones para los inmigrantes y limitar la participación de las fuerzas del orden en asuntos migratorios.