Estados Unidos

La polémica promesa que hizo Trump en las elecciones 2024 para eliminar el flúor del agua potable en Estados Unidos

Pese a los argumentos de Donald Trump y Kennedy, la mayoría de la comunidad científica de Estados Unidos sigue apoyando la fluoración en el agua potable como una medida de salud pública efectiva y económica.

Donald Trump y Robert F. Kennedy Jr. sostienen que el flúor en el agua potable podría representar riesgos para la salud. Foto: composición LR/difusión
Donald Trump y Robert F. Kennedy Jr. sostienen que el flúor en el agua potable podría representar riesgos para la salud. Foto: composición LR/difusión

La reciente victoria de Donald Trump ante Kamala Harris por las elecciones presidenciales de 2024 revivió una controvertida propuesta que busca eliminar el flúor en el agua potable de Estados Unidos. Esta promesa, impulsada por el abogado y activista ambiental Robert F. Kennedy Jr., desató un intenso debate en torno a los beneficios y riesgos del fluoruro en la salud. La medida pretende modificar la política de salud pública vigente desde hace más de 70 años.

El flúor se ha utilizado durante décadas en el suministro de agua de Estados Unidos para fortalecer los dientes y reducir la incidencia de caries, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Sin embargo, la postura de Trump y Kennedy cambiaría radicalmente esta política, con el argumento de que el flúor podría representar riesgos para la salud, sobre todo en niños y personas con sistemas inmunes comprometidos.

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Kennedy, quien ocuparía un "gran papel" en el segundo gobierno de Donald Trump, ha basado su postura en estudios que sugieren una correlación entre el consumo prolongado de flúor y problemas neurológicos. Foto: composición LR

¿Por qué Donald Trump quiere eliminar el flúor del agua potable en Estados Unidos?

Desde hace años, Robert F. Kennedy Jr. ha sido una de las voces más activas en el rechazo a la fluoración del agua en Estados Unidos. Según Kennedy, el flúor en el agua representa un "riesgo de toxicidad" que puede afectar el desarrollo neurológico en niños y reducir su coeficiente intelectual, especialmente en comunidades con altos niveles de fluoración. La postura de Trump de eliminar el flúor del agua potable busca reflejar estas preocupaciones. Para ello, dará Kennedy un rol destacado en su administración para implementar esta medida, que consideran crucial para "hacer de Estados Unidos un país más saludable".

La fluoración del agua ha sido promovida desde la década de 1950 como una estrategia efectiva para prevenir la caries dental, y sigue siendo respaldada por la comunidad científica y las autoridades de salud pública. Según el Consejo de Investigación Nacional, el flúor es beneficioso para la salud dental en concentraciones seguras, y los estándares actuales en Estados Unidos se ajustan para evitar efectos adversos, como la fluorosis dental. Investigadores como la doctora Jane Lee sostienen que los niveles actuales de flúor no representan un peligro significativo, aunque recomiendan una constante revisión para proteger a grupos más vulnerables.

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La reciente victoria de Donald Trump ante Kamala Harris por las elecciones presidenciales de 2024 revivió una controvertida propuesta que busca eliminar el flúor en el agua potable de Estados Unidos. Foto: composición LR

¿Qué riesgos señala Robert F. Kennedy Jr. sobre la fluoración?

Kennedy, quien ocuparía un "gran papel" en el segundo gobierno de Donald Trump, ha basado su postura en estudios que sugieren una correlación entre el consumo prolongado de flúor y problemas neurológicos, así como en el argumento de que la fluoración masiva del agua constituye una forma de tratamiento impuesto sin consentimiento. Esta premisa ha ganado tracción entre algunos sectores del público, especialmente en un contexto donde el escepticismo sobre la intervención estatal en temas de salud está en aumento.

Pese a los argumentos de Trump y Kennedy, la mayoría de la comunidad científica sigue apoyando la fluoración como una medida de salud pública efectiva y económica. No obstante, algunos países como Alemania, Japón y Suecia han optado por no añadir flúor al agua potable y han preferido alternativas como campañas de higiene dental y el uso de pastas fluoradas. En Estados Unidos, ciudades como Portland y Oregon, han votado en contra de la fluoración.