Desidia estatal explica el escenario actual de conflictos sociales en el sector minero
El OCM advierte también el avance de la minería de oro en la Amazonía, ya que sigue penetrando nuevas zonas, al mismo tiempo que genera tensión, violencia y enfrentamientos con los pueblos indígenas.
El escenario actual de estallido social, principalmente en el sur del país, se explica por la ausencia estatal para atender oportunamente las demandas de la población, la poca comunicación o falta de transparencia relacionadas con las actividades extractivas y las expectativas de la ciudadanía por un cambio del modelo de desarrollo extractivista que solo beneficia a las grandes empresas, así lo consideran los especialistas del Observatorio de Conflictos Mineros (OCM).
Paul Maquet, vocero de CooperAcción, resaltó que, para entender el actual panorama de conflictos sociales, es oportuno recordar que las zonas mineras del sur andino del país votaron masivamente por el programa de “no más pobres en un país rico” enarbolado por Pedro Castillo.
“En los distritos del llamado ‘corredor minero’, donde los ciudadanos ven todos los días como la riqueza sale en camiones con dirección al extranjero (mientras la pobreza, la falta de servicios y la contaminación se quedan), obtuvo más del 90% de los votos. No puede sorprender que sean justamente estas zonas en donde se haya despertado una fuerte respuesta social ante la crisis política”, señaló Maquet durante la presentación del reporte n.º 31 del OCM.
De acuerdo con el informe, la conflictividad permanente en el denominado corredor del sur andino también se debe a que es una vía de más de 400 kilómetros mal construida y que no ha respetado las normas vigentes, que atraviesa por cuatro provincias altoandinas de las regiones de Apurímac y Cusco, con decenas de centros poblados y comunidades campesinas que reciben los impactos, tanto de la zona de extracción como del transporte de los minerales.
Según David Velasco, director de Fedepaz, otra característica que explica el escenario actual de conflictividad es la gran fragmentación de agendas y demandas.
“En este escenario, a diferencia de otras épocas, es muy difícil pensar en organizaciones que puedan articular demandas de varios territorios y representarlas”, aseguró Velasco.
Minería ilegal sigue ganando terreno
La minería informal o la abiertamente ilegal sigue ganando terreno. El reporte advierte del avance de la del oro en la Amazonía, que sigue penetrando nuevos sectores, al mismo tiempo que genera tensión, violencia y enfrentamientos con los pueblos indígenas.
En los últimos meses, los mineros ilegales, aprovechando los altos precios de los minerales, vienen explotando cobre. Según el reporte, en el primer semestre también se ha visto cómo la minería informal le disputa territorio a la formal. Hay una superposición de concesiones.
Una de las tendencias más preocupantes de los últimos meses es la expansión de la minería informal o ilegal. En el reporte se advierte que esta ya no solo es aurífera o no metálica, también ha comenzado a incorporar otros metales, en especial el cobre, puesto que las cotizaciones actuales de este mineral provocan que su explotación en pequeña escala se vuelva una actividad muy atractiva.