La economía mundial podría crecer un punto cada año si los recursos puestos en el circuito del narcotráfico se destinarían al desarrollo de la economía formal.,Según reportes de la Oficina de Drogas y Crimen de las Naciones Unidas, el narcotráfico genera aproximadamente ganancias anuales por un total de 650.000 millones de dólares. Puesto en contexto, la suma de la facturación de los 20 clubes de fútbol más grandes del mundo es de 16.700 millones de dólares, 2,5% del dinero que mueven los narcos. El economista Martín Siracusa asegura que la principal diferencia entre el mundo de los negocios legales y el mundo del narcotráfico es que, en este último, todo el dinero es ganancia. “No hay costos por fuera de la cadena de legalidad y mucho menos impuestos. Todo el capital del narcotráfico se transforma en mansiones, autos de lujo y, en muchos casos, el dinero llega incluso a ser escondido u enterrado”, afirma el especialista. PUEDES VER Conoce cuánto dinero reunieron los enemigos de Pablo Escobar para matarlo [FOTOS] Siracusa dice que el narcotráfico posee todos los elementos de un mercado: producción, distribución y consumo. Explica que en casos como la marihuana, su producción se encuentra diversificada en más de 129 países. Pero otras drogas tienen su origen en territorios monopólicos como en el caso de la cocaína que se origina solamente en la región andina de américa Latina o la heroína la cual surge del opio cultivado en Afganistan. Por tal motivo, la distribución es mucho más compleja y requiere pasar por distintas rutas hasta llegar a los países desarrollados que son el foco del consumo mundial con un consumo del 70% de las drogas ilegales. Mientras que en los últimos años la producción de cocaína de duplicó, la de drogas sintéticas se multiplicó por 8, esto se debe básicamente al modelo de producción que tienen estas últimas en las que no se requieren grandes cadenas de distribución pues cualquier persona que tenga el conocimiento podría, técnicamente, instalar un laboratorio de drogas en su cocina. Sicarusa asevera que si cada uno de los recursos puestos en el circuito de producción del narcotráfico fueran destinados al desarrollo de la economía formal, esta podría crecer un punto cada año, disminuyendo la pobreza y mejorando la calidad de vida de la humanidad.