¿Centennials abstemios?
Algunos estudios en el mundo revelan que la generación Z bebe menos alcohol y es más consciente del cuidado de su cuerpo. En el Perú no hay data que lo confirme. En 2017 los escolares empezaban a beber a los 13 años.
Una fiesta sin alcohol es noticia en Estados Unidos. Hace unas semanas en Washington D.C. se realizó el primer festival de Mindful Drinking (o beber con consciencia), donde se ofreció una variedad de cócteles sin alcohol. Un evento pionero (que no fue organizado por A.A.), donde los sobrios culposos pudieron salir del clóset sin sonrojo. El ideador fue el exbarman estrella Derek Brown, que, cansado de beber, dio un giro a su vida y hoy es casi un gurú del bienestar y un entrevistado frecuente en las televisión gringa.
Pero este no es un hecho aislado. En 2018, Harper’s Bazaar ya reportaba sobre el Movimiento Consciencia de Beber (o Mindful Drinking Movement en inglés), que les planteaba a sus seguidores beber con sentido, pensando porqué estoy bebiendo y cuántos tragos quiero beber, y no hacerlo en automático. Por esa misma época, en Reino Unido se hablaba del Club Soda, una comunidad online, que promueve moderar los hábitos del consumo del alcohol o eliminarlo del todo y seguir una vida saludable.
Parece que esta tendencia del #sobercurious -expresión acuñada por la escritora Ruby Warrington cuya su traducción sería “los interesados por mantenerse sobrios”- está ganando eco entre los adolescentes. Según un reportaje de El País, la generación zeta (los nacidos entre finales de los años noventa y la década de los 2000) es la más sobria de la historia.
Un estudio internacional de la HBSC (por Health Behaviour in School-aged Children), auspiciado por la OMS, muestra que la tasa de consumo de alcohol de los menores ha bajado: “Solo el 8% toma alcohol cada semana, una tercera parte de los que tenían su edad en 2006″. Además, “el 76% cree que tomarse cinco o seis copas un fin de semana puede causar bastantes problemas”. Asimismo, citan otro estudio realizado en Reino Unido, que detectó que entre los jóvenes de 16 a 25 años se veía bien ser abstemio: “Un 26% dijo no bebe nada de alcohol. En la generación anterior -los que hoy tiene entre 55 y 74 años- solo el 15% se podían calificar como abstemio”. En Estados Unidos, otro estudio de 2020 reveló que el número de universitarios que no beben alcohol había crecido del 20% al 28% en una década.
Y para hablar de la situación de Perú, Milton Rojas, psicólogo de CEDRO, dice que hay que tomar esta información con pinzas. No hay data actualizada sobre el comportamiento de nuestros centennials en relación con el alcohol. Lo que se conocía, antes de la pandemia, según un estudio epidemiológico hecho por su institución en 2017, era que el alcohol seguía siendo la droga más consumida por los peruanos de entre 12 a 65 años.
Más puntual es el Estudio Nacional sobre Prevención y Consumo de Drogas en Estudiantes de Secundaria de Devida, que, ese mismo año, entrevistó a los escolares y reportó cifras preocupantes como que el inicio promedio de consumo de alcohol era los 13 años; o que las adolescentes bebían más que sus compañeros. Además, el 20% dijo que tomaba para “relajarse”, “quitarse el miedo o la timidez” u “olvidar los problemas”.
Adolescentes bebiendo en un parque limeño. Foto: archivo La República
Rojas espera que este escenario haya cambiado después de la pandemia. Su percepción, tras volver a hacer talleres con adolescentes, es que son más conscientes sobre el cuidado de sus cuerpos: “Tienden a autorregularse más, y muchos, no todos, se cuestionan el uso excesivo del alcohol y cómo los perjudica. Están volcados a prácticas más saludables de deporte y alimentación, y usan mejor su tiempo libre”.
Como dice July Salazar-Ramos, vocalista de Tomar Control, banda de hardcore femenina que promueve una vida sin drogas ni alcohol: “Hay que cambiar la idea de que el consumo de alcohol es necesario para sociabilizar o ser más divertido. Podemos pasarla bien estando despiertos y conscientes de lo que tenemos al frente”.