Domingo

Memoria de soldados

La exposición Rebelión de la Memoria, que está en el LUM hasta el 13 de noviembre, recoge testimonios visuales y escritos de exmilitares que enfrentaron al terrorismo.

Mirada. Cuadros “Manan qonqanichu” y “La Leva”. Abajo, sala de exposición. Foto: difusión
Mirada. Cuadros “Manan qonqanichu” y “La Leva”. Abajo, sala de exposición. Foto: difusión

Las imágenes golpean a quien observe con empatía: en un pueblo andino un grupo de militares se lleva a la fuerza en un camión Commandcar a varios jóvenes que apenas se resisten, una madre intenta protestar y otra más llora al lado. En una esquina del mismo cuadro, al nuevo recluta le cortan el pelo al ras para empezar su vida militar. El título de la obra es ‘La Leva’.

‘La Leva’. Foto: LR.

‘La Leva’. Foto: LR.

Esa pintura es parte de la exposición Rebelión de la memoria, que por estos días se expone en el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM) y que recoge los testimonios de licenciados del Ejército que participaron de la lucha contra el terrorismo en los años 80. Sus historias fueron recogidas a través de dos concursos de pintura y narrativa sobre la vida de exsoldados en los años 80-2000.

Uno de ellos fue el concurso de narración y pintura rápida “Leva y perrada”, realizado en 2019, y el otro fue “Amistad en la Batalla”, de 2021. Con ellos se buscó “conocer y visibilizar la experiencia de vida de los exsoldados durante el servicio militar, y el modo en que sufrieron la violencia sobre ellos y la que infringieron”, dice el texto de presentación de la muestra.

La ‘leva’ es una práctica de las fuerzas armadas que se realiza hace décadas y se exacerbó en los años 80, a fin de contar con soldados para enfrentar al terrorismo. La ‘perrada’ son las prácticas abusivas de oficiales y suboficiales sobre los reclutas, que eran tratados como perros en sus primeros meses para supuestamente endurecerlos para la guerra.

El curador de la muestra, Lurgio Gavilán, que conoce de estas prácticas pues él mismo fue recluta, dice: “Se ha hablado poco de este tema porque siempre ha sido difícil hablar de lo que ocurrió en esta época. Pero, poco a poco, con estos proyectos estamos tratando de documentar la voz de los soldados”, explica.

Memoria de soldados. Foto: difusión.

Memoria de soldados. Foto: difusión.

Y si bien muchos cuadros grafican el sufrimiento de los soldados y la dura formación en el cuartel, otros hablan de la hermandad que surge entre ellos al enfrentar al enemigo terrorista, al ayudar al compañero herido; o del regreso a casa después de servir a la patria, o también a la cercanía y ayuda que se le podía brindar a la población civil.

Algunos cuadros incluso llevan títulos como “Yo estuve ahí” o “Rebelión de la memoria”, para indicar que el soldado siempre vive con los recuerdos, buenos y malos, que le dejó esta etapa de nuestra historia reciente.

La muestra también presenta los testimonios escritos por soldados sobre su experiencia en el Ejército en el periodo 80-2000. En una carta se puede leer: “A horas 11.30 de la mañana del 4 de noviembre me cayó la leva cuando yo me había tirado la pera del colegio donde estudiaba [...] a golpes subiéndome al commandcar (carro militar). En el carro ya estábamos 13 reclutados y nos llevaron al cuartel”.

“Muchos licenciados del Ejército se han agrupado en una asociación y viven en un barrio que fundaron en Huamanga. También están agrupados en Huanta, en otras regiones. Para muchos fue difícil acostumbrarse a volver con sus familias después de lo vivido. Muchos eran analfabetos, otros lograron estudiar, pero muchos siguen viviendo con ese trauma”, apunta Lurgio Gavilán.

La muestra del LUM convoca a la reflexión y arroja luces sobre actores que no habían sido escuchados hasta ahora. “Para muchos, ellos (los soldados) eran vistos como quienes vulneraban derechos, pero también ellos eran vulnerados”, señala Gabriel Bolívar, del área de Educación del LUM. El curador de la muestra, Lurgio Gavilán, anuncia un libro que recogerá la voz de los soldados en esos tiempos violentos.