Domingo

Marco Arana: “¿Qué tiene Vizcarra de izquierdista o de comunista?”

Sociólogo, catedrático y exsacerdote. Activista ambiental. Fundador del Movimiento Tierra y Libertad. Miembro de la Comisión Permanente del disuelto Congreso de la República.

Marco Arana sostiene que no cree en candidaturas naturales
Marco Arana sostiene que no cree en candidaturas naturales

Fue gracias a la inscripción de Tierra y Libertad que Verónika Mendoza pudo candidatear el 2016 y casi pasar a segunda vuelta. Ahora, la hoy lideresa de Nuevo Perú ha formado alianza con los partidos de los cuestionados Vladimir Cerrón y Yehude Simon. Marco Arana, actual líder del Frente Amplio y miembro de la Comisión Permanente del Congreso no se ahorra críticas a lo que califica de “pragmatismo y oportunismo electoral”. De eso hablamos en esta entrevista, pero también de la curiosa relación de las izquierdas con el presidente Vizcarra.

Ha tenido palabras duras para la alianza de Verónika Mendoza con Cerrón y Yehude Simon.

Hubiéramos preferido no ahondar, pero tampoco podíamos evitar explicar nuestra posición.

La respuesta de Nuevo Perú a los cuestionamientos a su alianza es que, tanto Cerrón como Simon, han dado un paso al costado y que el acuerdo es con los partidos.

La raíz del descrédito de la política está en la incoherencia entre el discurso y la práctica política. Decir que unos líderes de esas organizaciones dan un paso al costado intenta individualizar su responsabilidad colectiva. Si fueran militantes de base, puede ser, pero son líderes fundadores de organizaciones políticas que tienen un alto nivel de centralización.

¿No es creíble?

No, porque recordemos que Cerrón, con su consejo regional, plantea una política pública regional para sacar el enfoque de género del currículo educativo. Eso no se hace ante el espejo: se hace ante tu organización política, además regional, porque él es el presidente regional.

Usted ha sido aliado de Verónika Mendoza. ¿Lo veía venir?

A ver, conocemos a Verónika por una referencia de compañeros de izquierda en Cusco, que estaban apoyando a Humala y nos decían que había una candidata joven que había regresado del extranjero y que tenía ideas progresistas. Eso es todo lo que sabía. Lo que sí fue parte de un debate, cuando se decide que vayan dentro del Frente Amplio, es que no había que olvidar que Tierra y Libertad había sido muy duro con la candidatura de Humala…

Y ella había sido parlamentaria del Partido Nacionalista...

Claro. Nosotros habíamos dicho que quien era responsable de los crímenes de Madre Mía no podía ser aliado de izquierda y habíamos cuestionado el discurso ideológico del nacionalismo, porque él hablaba de que no era de izquierda sino nacionalista, y su nacionalismo era a lo De Gaulle que, para nosotros, fue imperial.

¿Qué tanto comprometía esto a Verónika siendo parlamentaria?

Una de las preguntas era: si una organización política de izquierda apoya eso, ¿cómo no te comprometes con esa mochila?

¿Y cómo lo subsanaron?

Que era joven, que mucha gente de izquierda no tenía otra opción. Esa fue la lectura y la verdad es que, tal como estaba la política en el país, tampoco podías vetar a una persona, porque no había otra alternativa. Bajo ese paraguas es que se percibía que podía haber una alianza y, además, recordemos que tuvo un gesto interesante al renunciar a la bancada por el tema de Las Bambas.

¿Lo ocurrido con Nuevo Perú afecta a la percepción del conjunto de la izquierda?

Va a tener un impacto. No nos olvidemos que hay un electorado que ha votado por la izquierda. Pero el problema principal en nuestro análisis político, más que por el eje izquierdas o derechas, pasa por el tema de cuán creíbles son los políticos. Y esas líneas rojas no pueden ser traspasadas y, en este caso, se ha traspasado la línea roja de la coherencia entre un discurso y una práctica política.

En el saco de la izquierda se mete desde Ollanta Humala hasta Antauro Humala, pasando por Verónika, Cerrón, Goyo Santos y usted. ¿Qué define a la izquierda?

Uno, un tema discursivo que es la lucha por la justicia social y que es un distintivo de todas las izquierdas. El tema es la manera cómo quieres conseguirla y ahí hay diferencias grandes. Por ejemplo, nosotros sentimos que hay nuevos temas que deben ser incorporados. Por ejemplo, del liberalismo hay que rescatar el tema de los derechos individuales, de la libertad y de los derechos civiles.

¿Un Marco Arana presidente mantendría el modelo liberal?

Lo que consideramos es que el mercado, como lo acaba de decir incluso el premio Nobel de Economía, no resuelve la desigualdad social. No vamos a negar el carácter de la inversión privada o el hecho de que haya normas para que se atraiga inversión, pero, para nosotros, el problema tiene que ver con el rol regulador y planificador del Estado y con impedir que el Estado salga de determinadas actividades económicas.

Suele decirse que hay políticos de izquierda que le dicen “dictador” a Maduro y los que tartamudean cuando tienen que definirlo. ¿En cuál bando está?

En cuanto a temas políticos y de democracia, no nos pueden temblar los labios ni las manos para llamar dictadura a lo que es una dictadura. Lo que hay en Venezuela es un régimen dictatorial y hay que decirlo claramente. Lo que pasa es que, para nosotros, el tema pasa por un tema de soberanía, de salida pacífica y de diálogo.

Tras el cierre del Congreso, un sector de la derecha dijo que había vientos de chavismo...

Si no supiéramos de quiénes vienen (esas expresiones), diríamos que es una postura ignorante o macartista, porque no se sostiene. ¿Qué tiene Vizcarra de izquierdista o de comunista? Que nos digan un solo hecho que podría identificarlo con una postura de izquierda. Lo que pasa es que el fujimorismo, el Apra y sus voceros son tan atrevidos y manipuladores que creen que la propaganda política macartista es la realidad para descalificar al otro.

Es curioso que, ante la ausencia de una bancada del Gobierno, ustedes hayan asumido la defensa de muchas de sus banderas y terminado siendo una especie de bancada oficiosa del presidente...

A pesar de que se nos endilga eso dentro del Congreso, no es así. Por el contrario, hemos sido los más críticos de la coincidencia de sus alianzas políticas con el fujimorismo para defender el continuismo del modelo económico.

Pero no se puede decir que el Vizcarra de hoy siga siendo el mismo, ¿o sí?

Claro, las cosas han cambiado. Pero cuando Vizcarra retorna y se hace cargo del Gobierno, una de las cosas que demandamos, y se lo pedimos el 28 de julio del 2017, era convocar a una nueva Asamblea Constituyente. Y, de hecho, fuimos los que presentamos la primera moción de vacancia. La segunda, la impulsamos multipartidariamente. Luego presentamos la ley de adelanto de elecciones y el proyecto de ley de Asamblea Constituyente y Vizcarra no se daba ni por enterado.

Pero hay un parteaguas desde que plantea el adelanto de elecciones en Fiestas Patrias, ¿verdad?

Claro, pero no hemos dejado de cuestionar y confrontar el continuismo de la política económica y la defensa de los mismos intereses económicos. Y por eso, cuando el 30 de setiembre diversas organizaciones de la sociedad civil, más partidos como APP y Nuevo Perú firman una especie de “¡gracias, presidente Vizcarra!”, nosotros, con varias organizaciones gremiales, dijimos: “No, este ha sido un triunfo de la ciudadanía movilizada”. Es más, Vizcarra no tenía el nivel de confrontación que planteamos sobre la ley de adelanto de elecciones, el voto de confianza y la modificación de la ley orgánica del TC, por poco se entera cuando ya estaba vacado.

Usted ha anunciado que están en proceso de aliarse con varias organizaciones políticas. ¿Es ya un paquete cerrado o todavía hay apertura a otras organizaciones?

Nosotros hemos planteado que, para la participación en las elecciones de enero y de 2021, uno, tendremos en cuenta a nuestros propios militantes, porque queremos fortalecer la institucionalidad política y democrática. Dos, podrían ser invitados no afiliados miembros de colectivos y organizaciones sociales, regionales o gremiales que tengan coincidencias programáticas. Y tres, nuestros aliados políticos, como la Coordinadora Nacional Progresista, Unidos o Mundo Verde. Y, ahí, estamos abiertos a dialogar con todos los que no pasen la línea roja por pragmatismo y oportunismo electoral.

Rocío Silva Santisteban ha acusado al Frente Amplio de “estar encerrado en una endogamia recia hace bastante tiempo”.

He debatido con ella internamente, porque una percepción de ese tipo puede tenerla cualquier analista político o alguien de fuera, pero le he recordado a Rocío que ella sí tenía información privilegiada de lo que había pasado dentro. Por ejemplo, nuestras votaciones totalmente contrapuestas, por ejemplo, en la criminalización de las protestas, proyecto presentado por Luz Salgado para modificar la Constitución y pasar el arresto sin orden judicial de 72 horas a 15 días. Lo iban a aplicar en las organizaciones sociales. De hecho, se lo han aplicado a Aduviri. Nosotros dijimos “no”.

Pero lo de “endogamia” pareciera referirse a la poca apertura a otras organizaciones políticas…

A ver, ¿quién puso a Alberto Fujimori contra Vargas Llosa, a Alejandro Toledo respecto de la amenaza fujimorista, a Alan II y el cambio responsable? ¿Quién puso a Ollanta Humala? ¿Quiénes llamaron a votar por PPK? Son los mismos. Recuerdo artículos en La República de Javier Diez Canseco y de (Carlos) Tapia llamándonos sectarios cuando decíamos que no íbamos a ir con el responsable de Madre Mía. Y ahora vuelven con el tema del sectarismo cuando, ¿quién llamó a un proceso de elecciones internas y lo hizo posible (la unidad)? ¿No fue Tierra y Libertad y el Frente Amplio? Yo creo que han construido una narrativa, porque un sector intelectual y de medios quiere una izquierda domesticada y pragmática, lo que llaman izquierda liberal o izquierda moderna. Y como no la ven en el Frente Amplio, nosotros somos la piñata. Pero ¿no pusimos nuestra inscripción al servicio de la unidad? La pusimos.

Pero tratándose de Rocío Silva, ¿ella no está más bien muy cerca del Frente Amplio?

Sí. Lo que pasa es que creo que en una afirmación así todavía hay el mito o el sueño de la unidad de la izquierda, pero todos los procesos de unidad de la izquierda han fracasado aun cuando nosotros no existíamos. Y no ha sido por falta de unidad programática.

¿Es Marco Arana el candidato natural del Frente Amplio?

No creo en candidaturas naturales.