El diferente. Juan Carlos Mariño se erigió como figura excluyente del seleccionado nacional en La Paz. Tuvo toque, gambeta y gol. El volante ahora espera ser tomado en cuenta para el choque del martes ante Paraguay en Asunción., Julio Vizcarra/ La selección peruana encontró la brújula en La Paz a través de un disparo de 35 metros de distancia que parecía en un primer instante perderse entre la portería del arquero boliviano Hugo Suárez y el cielo despejado de la altura paceña. Sin embargo, como si se tratara de un misil teledirigido, el balón cambió su trayectoria y comenzó a descender, con mucha fuerza y velocidad –consecuencia natural de jugar en una ciudad que cuenta con una altitud de 3.650 msnm– haciendo inútil la estirada del golero local. Juan Carlos Mariño, el ejecutor de aquel impacto sorpresivo, levantó los brazos en señal de triunfo y satisfacción, como si hubiera estado viviendo una situación que sabía iba a ocurrir. El ‘Burrito’, además del talento innato de aquellos volantes creativos clásicos le agrega una pegada formidable que en varias oportunidades ha sido un arma letal para los equipos cuyos colores le ha tocado defender. Pero a esa técnica para golpear el balón, Mariño, aprovechando la estadía en el cuerpo técnico de Pablo Bengoechea, gran ‘10’ uruguayo que sobresalía por sus remates de fuera del área, ha perfeccionado aquella virtud de la cual ya gozaba. “El profesor Bengoechea, siempre que me ha tocado estar en la selección, ha insistido en que cada vez que encuentre el espacio para disparar de larga distancia lo haga sin dudar. Por suerte el viernes se me dio la oportunidad, le pegué a la pelota como lo había practicado y pudo entrar”, contó. Incluso, su golazo hizo recordar a varios hinchas peruanos la imagen de Roberto Palacios, otro futbolista que nos tenía acostumbrados a anotaciones de similar factura. El ‘Chorri’ manifestó que sintió gran emoción luego de la conquista. “Cuando Juan Carlos anotó ese golazo, realmente se me puso la piel de gallina. Me hizo recordar mucho a los golazos que anotaba con la selección”. Tras la anotación del conjunto entrenado por el uruguayo Sergio Markarián, el futbolista de Sporting Cristal, con su fútbol vistoso y atildado, fue el encargado de liderar a los once peruanos en el césped del Hernando Siles, y orientó a sus compañeros hacia la meta rival. Lastimosamente, y el mismo Mariño lo reconoce, él junto a los demás elementos nacionales no supieron aprovechar el buen momento del mediocampista y del seleccionado. “Después de mi gol pudimos aumentar el marcador y así tener más tranquilidad para el segundo tiempo, pero no supimos definir en el momento oportuno. Por tal motivo nos fuimos molestos de La Paz, porque estuvimos cerca de hacer historia y sobre todo de obtener tres puntos que hubieran servido más que uno”. Ahora todos los peruanos esperan que frente a Paraguay en Asunción, el próximo martes, Juan Carlos Mariño juegue y anote otro gol como en Bolivia, y siga en el camino de ocupar el lugar de Palacios. pataditas Mariño se formó como jugador en las categorías inferiores de la Academia Deportiva Cantolao, y del Club Atlético Lanús de Argentina. Completó la temporada 2006/07 con el Cienciano del Cusco, club con el que destacó y quedó subcampeón del Campeonato Descentralizado 2006. De ahí fichó por Alianza Lima en julio de 2007. Para la temporada 2009, Mariño llegó al Atlético Nacional de Colombia, club del cual salió por bajo rendimiento en el mes de mayo. Para el segundo semestre, el Deportivo Cali contrata a Juan Carlos por los próximos seis meses. En cifras 2 de enero de 1982 nació Mariño en La Victoria. 20 partidos internacionales tiene el volante de Cristal.