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Fabio Cannavaro: el día que el ‘Capitano’ marcó a Diego Maradona y se ganó sus chimpunes

El exdefensa del Napoli, excapitán de la selección italiana y ahora entrenador del equipo chino Guangzhou Evergrande cumple este 13 de setiembre 48 años. Por ello, te contamos uno de los momentos más icónicos en la trayectoria futbolística del reconocido jugador.

Fabio Cannavaro alzó la Copa Mundial de Fútbol con la selección de Italia, en la que era capitán, el año 2006 y fue también galardonado con el Balón de Oro, la mayor distinción a nivel futbolístico del mundo. Entre otros de sus momentos memorables, el exdefensa del Napoli contó en una entrevista con el medio The Players Tribune la ocasión que lo llevó a entrenar y a codearse con su ídolo, Diego Armando Maradona.

“Fue una temporada mágica. Aprendí mucho de todos los jugadores, pero uno en particular. El genio: Diego Maradona”, cuenta Cannavaro sobre el tiempo en que entrenó en el mismo equipo que el ‘Pibe de Oro’.

“Conocí a Ferrara en 1987, durante mis días como recoge balones en Napoli, cuando el equipo ganó su primer título de Serie A y estaba en el campo con ellos. Fue una temporada mágica. Cada día veía jugar a la leyenda. Y cuando me llamaron para entrenar con el primer equipo, dije: ‘finalmente voy a entrenar con Maradona’”.

De igual forma, Cannavaro recordó las primeras advertencias que le dio el jugador Ciro Ferrara sobre cómo sería entrenar en el mismo equipo del famoso jugador argentino, cuyo “balón nunca se va de su pie”.

Ten, porque nunca le vas a sacar el balón a Maradona”, le comento el Ferrara a Fabio mientras le arrojaba la pelota. “Sin embargo, puedes tomar un balón de mí”, agregó.

No obstante, la oportunidad sí llegó para el ‘Il Capitano’: “Un día, Maradona comenzó a venir hacia mí, el balón tocaba los dedos de sus pies en cada regate. Sin pensarlo, hice un movimiento por el balón. Le hice una buena entrada a Maradona. ¡El genio! ¡La leyenda!”, cuenta entusiasmado Cannavaro sobre ese momento único en su vida.

“De repente, sentí los ojos de todos los compañeros en mí. Después, escuché la voz de Ferrera en mi cabeza. La única persona que estaba sonriendo era Maradona. Al final del entrenamiento, caminó hacia mí y me regaló sus botines”, agrega el entrenador italiano sobre el momento en que se enfrentó a un grande, lo cual lo ayudó a construir “confianza” en sus jugadas.

“Tenía posters de Maradona en las paredes de mi cuarto. Ahora, en mis manos, estaban sus botines embarrados por el trabajo del día”, concluye el exjugador del Napoli.