Relectura de un poemario perdido: “Canciones desentonadas y alegres aterrizajes para evitar el suicidio”
Miembro de una generación privilegiada, Óscar Málaga es un poeta con una fijación en la intensidad. La forma es clave, pero el voltaje vital nunca dejó de ser más importante para él.

Para ningún lector de poesía peruana existe discusión alguna sobre el peso de la tradición poética peruana. No es para menos, no solo hablamos de sus grandes nombres, sino que, si incursionamos en sus distintos niveles, constataremos que su fuerza no solo depende de sus medulares voces canónicas. Obviamente, una realidad como esta no solo asegura el compromiso de sus lectores, también nos presenta un escenario por demás motivador o aplastante para los poetas que se alimentan de esta tradición.
Si hablamos de una década signada por el aura de la vida y el compromiso con la poesía, haríamos bien en detenernos y pensar en lo que hicieron los poetas enmarcados en la llamada generación del 70.
Uno de los hitos de los “Wonder Years” fue la publicación de la antología Estos 13 (Mosca Azul, 1973) de José Miguel Oviedo. No hay poeta peruano que, en sus inicios en la práctica poética, no haya tenido como Biblia a esta antología. Pues bien, uno de los poetas a los que más se recuerda de la antología de Oviedo es Óscar Málaga.
Uno lee sus poemas de esos años y lo que encuentra es a un poeta al que le interesaba vivir para el exceso. Los años transcurrieron y Málaga publicó poemarios y libros de narrativa muy bien saludados por la crítica y reconocidos por los lectores. En paralelo a su obra en construcción, los lectores atentos de poesía peruana hablaban sobre un perdido poemario de Málaga, el cual había ganado el concurso de una organización cultural y que nunca se publicó a causa de la desaparición del texto escrito a máquina. Bajo este suceso nefasto, no se supo nada de este poemario entrampado entre las décadas del sesenta y setenta.

"Canciones desentonadas y alegres aterrizajes para evitar el suicidio". Imagen: Difusión.
Gracias a los poetas Renzo Porcile y José Carlos Yrigoyen, tenemos hoy ese poemario perdido: Canciones desentonadas y alegres aterrizajes para evitar el suicidio (Apollo Studio), que he vuelto a leer. Aquí hay un Málaga en estado salvaje.
Con poemas como “En torno de andar con Bob Dylan”, “Canción a nuestro amor”, “Dos poemas saturados a el viejo Hyeronymos de Hertengenbosch”, “Acerca de una forma de amar extrañamente tranquila y que me quema”, “Poema en Barranco”, “Poema para Jack Kerouac”, “Cuarta canción a Saravanda”, “Historia de Nora en la ciudad Naranja” y otros, podemos aseverar que Málaga era un hombre comprometido con una intensidad y no con la forma. Pensemos en los poemas de la sección Anexos (un par de joyitas: “Caminando por El Pompidou” e “Himno a Lima”).
Los verdaderos lectores de poesía peruana no tenemos otro camino: el agradecimiento a Málaga por este flujo vital. Este es un librazo. Búsquenlo.















