Las emociones y los recuerdos: la instalación “Recordar, desestructurar: Habitar” de Fiorella Gonzales Vigil
“Manifiestos Femeninos” va hasta el 5 de junio en Casa Fugaz, en Monumental Callao.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, se inauguró en el pasado mes de marzo una gran exposición colectiva de mujeres artistas en Casa Fugaz, en Monumental Callao.
La gran exposición lleva el nombre de Manifiestos Femeninos y está conformada por 45 artistas peruanas y extranjeras. Se deduce, entonces, que este número de creadoras ocupa muchos ambientes de Casa Fugaz. Si la memoria no me falla, esta es la primera vez que vemos en Perú una muestra de estas dimensiones.
Manifiestos Femeninos puede ser también un termómetro sobre cómo van algunas propuestas y, del mismo modo, un panorama sobre cómo está yendo la producción de artistas mujeres peruanas de distintas generaciones.
Cuando se recorre Casa Fugaz, es posible detectar dos ejes temáticos que marcan la pauta de Manifiestos Femeninos: la sexualidad y las emociones.
En cuanto a lo primero, tenemos propuestas encaminadas en la crítica y la denuncia, como la exposición de Ale Wendorf, Los desastres de la guerra; o la de Eleonora Patiño, que celebra el placer femenino en la sala más grande de Casa Fugaz: Lúdicas Cristalinas (solo para ser vista por adultos, por cierto).

“Recordar, desestructurar: Habitar”. Imagen: Difusión.
En realidad, todas las muestras tienen la marca de agua del voltaje emocional, pero Recordar, desestructurar: Habitar, la instalación de Fiorella Gonzales Vigil, suscita algunas inquietudes en el espectador, como aquella pregunta recurrente que todos nos formulamos casi siempre: ¿qué significa en realidad el hogar para nosotros?
Los elementos son sencillos: una parte de una escalera de madera, losetas, doseles y cojines de cerámica. El color blanco como base atmosférica.
En la penúltima exposición de Gonzales Vigil, Moretones Culturales (2023), la artista presentaba una denuncia frontal contra el maltrato a la mujer, pero en esta ocasión hay una sutileza que por ser tal no deja de ser denuncia (al rol doméstico y cotidiano), pero es más una mirada interior que parte de la madurez vital a la búsqueda de determinados espacios a manera de refugio.
Por eso la instalación invita al espectador a un viaje por la memoria familiar para quedarnos solo con los elementos del hogar que nos permitan justificarnos o, en todo caso, sobrevivir y convivir con ellos.
La memoria familiar de Gonzales Vigil puede ser también la de cualquiera. he ahí su carácter plural.
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“Manifiestos Femeninos” va hasta el 5 de junio en Casa Fugaz, en Monumental Callao.