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Cultural

El caso Alice Munro

Polémica. Nobel de Literatura 2013 y la denuncia de su hija. ¿Cómo se verá afectada su obra?

Alice Munro.
Alice Munro.

El pasado domingo 7, The Toronto Star publicó un artículo de Andrea Robin Skinner, hija menor de la Premio Nobel de Literatura, Alice Munro (1931 – 2024), en donde acusó a su madre de pasar por alto los abusos sexuales que su esposo Gerald Fremlin (y padrastro de Skinner) cometía contra ella desde 1976, cuando tenía nueve años. Munro estuvo con Fremlin hasta la muerte de este en el 2013, año en que también recibió el galardón de la Academia Sueca.

Conocida la explosión de esta bomba, las secciones culturales de los medios internacionales han realizado el seguimiento respectivo. De esta manera, nos enteramos que el biógrafo de la escritora, Robert Thacker, ocultó este episodio de la biografía Alice Munro: Writing Her Lives y del mismo modo de la reacción de Munro tras confesión de su hija sobre las violaciones de Fremlin, asumiéndola más como una infidelidad por parte de su esposo.

No hay mucho que discutir, este aberrante hecho se convierte inevitablemente en parte de su legado. Munro era más que una renombrada escritora canadiense: cuando murió en mayo último, a los 92 años en un asilo de ancianos en Port Hope, en donde se trataba de demencia desde hacía más de una década, ya era un referente cultural en su país. Se sabía quién era Munro sin necesidad de ser leída. Contados llegan a este estatus.

¿Qué hacemos ahora con la obra de Alice Munro?

Las consecuencias para la literatura de Munro no se hicieron esperar. La última, de acuerdo a The Toronto Star: la Cátedra Alice Munro, de la Western University, ha sido mandada a la congeladora a razón de la denuncia de Skinner, y todo indica que vendrán más medidas similares porque si hubo un espacio que dominó la autora, ese fue el de la academia. Imaginemos cuántas generaciones de alumnos de los programas de escritura creativa la tienen como faro. No sorprendería que se le retire el Nobel de Literatura 2013 y se lo adjudiquen a otro autor del bolo de esa edición (por cierto: este premio, a lo largo de su historia, ha sido rechazado por autores literarios como Boris Pasternak (1958) y Jean Paul Sartre (1964), criticado infinidad de veces, pero nunca ha quitado lo que otorgó; lo que sí hubo, fue la cancelación del Premio Nobel de Literatura 2018 por un escándalo sexual, además, la Academia Sueca recibió el petitorio de quitarle a Peter Handke el Nobel de Literatura, que ganó en 2019, por parte de los familiares de las víctimas de la guerra de Bosnia, acaecida en los años noventa).

Munro perderá su reconocimiento oficial. Cada quien decide cómo acercarse o volver a su obra cuentística, una de las más destacadas de los últimos tiempos, la cual rescató al cuento, como género, del desprecio editorial que venía padeciendo.

En lo personal, este sería el mejor tratamiento que se le puede dar a la obra de Munro. Que el lector, valiéndose de su cultura y principios éticos, opte o no. Cualquiera de ambas vías resultan lícitas. Lo que no se puede permitir es el silenciamiento de lo que ya está, es decir los libros que publicó, que no están maculados por su conducta. Hay muchos casos de índole moral en la historia de la literatura.