Taller de arte para la comunidad LGTBIQ+ en Lurigancho
Crónica. En la cárcel peruana más poblada se inauguró el primer taller de bisutería para una de sus poblaciones más vulnerables. Un evento que quedará en la historia cultural peruana.
—No tiene sentido juzgar. Son personas que ahora están cumpliendo su sentencia—, me dice Malena Santillana, artista plástica y visual, y fundadora de la Asociación Ars Nostrum, mientras caminamos los 200 metros que separan la puerta de acceso de la de ingreso del Establecimiento Penitenciario de Lurigancho. Esta cárcel para varones tiene capacidad para 2.500 internos, pero en la actualidad ese número es minúsculo en comparación a los más de diez mil que la ocupan.
En el tercer piso del pabellón 3 se llevará a cabo la inauguración de un taller de arte. En Lurigancho hay programas de reinserción social y el arte no es ajeno a ellos. Pero lo que presenciaremos esta vez es la inauguración del primer taller de bisutería dedicado a la comunidad LGTBIQ+ de este centro penitenciario y el único en Perú con estas características. Es viernes 17 de mayo y en el mundo se conmemora el Día internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.
—Agradezco a Ars Nostrum por este taller. Aprender bisutería es difícil y muy caro. En Perú solo hay dos escuelas de bisutería, en Huancayo y Arequipa—, dice Álex Suazo durante la inauguración. Suazo es uno de los talleristas y su voz denota la sabiduría de quien conoce este oficio.
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En Lurigancho, hay 132 personas registradas de la comunidad LGTBIQ+ y este programa salta al ruedo con quince interesados. Se siente una atmósfera especial. El asombro y la solemnidad de la mano, entre las autoridades del INPE, las internas e invitados. Además, el entusiasmo de las talleristas es compartido por Víctor Santos Huapaya, director del penal de Lurigancho; Marlon Florentini Castañeda, vicepresidente del INPE; y Narcisa Vladulesco, representante de la Unión Europea en Perú. La atmósfera especial no se ha ido, sigue presente, como si fuera una metáfora del equilibrio existencial en donde aceptarse a uno mismo es aceptar al otro. Del mismo modo, se percibe la duda sobre el destino de este taller, porque si bien su propósito y realidad resultan encomiables, su éxito depende del quiebre de no pocas barreras culturales.
Compromiso. Alumnas del taller. Al centro: Víctor Santos Huapaya, N. Vladulesco, Marlon Florentini Castañeda y Malena Santillana. Foto: Andrés Orozco
En lo personal, hay sustentadas razones para creer. A las narrativas dubitativas, los hechos: este proyecto no es nuevo para Malena Santillana. Con su fundación dirige un taller de cerámica en el penal Castro Castro desde 2019 y a finales de 2023 expuso los trabajos de sus alumnos en una saludada exposición en el Museo Metropolitano de Lima. Añadamos que en 2016 organizó la megaexposición colectiva y multidisciplinaria ComparArt en el Museo de la Nación, que reunió a más de 70 artistas peruanos y extranjeros de reconocido nivel. Fue el mayor evento de arte en Perú aquel año.
—Trabajo con mis alumnos un oficio autosostenible. Y aquí con las chicas haré lo mismo. Cuando cumplan sus condenas, Ars Nostrum hace un seguimiento. No nos olvidamos de nuestros alumnos y alumnas. Tanto en Castro Castro, Lurigancho y el Anexo de Mujeres de Chorrillos, la formación artística es la base. Ese es un valor agregado, porque cuando haces piezas únicas, te llenas de conocimientos y de estética, tu trabajo se vuelve una pieza de arte—, precisa Santillana, quien sabe que su parte está hecha al gestionar estos talleres.
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—En los talleres participan los que quieren, los que están comprometidos. Este es un tren que pasa una sola vez en la vida.
Datos
Música. Tallerista Juan Diego Cevallos demostró sólido talento musical al cantar ópera inspirada en la historia de Pocahontas.
Convicción. “Mientras estemos aquí, vamos a perfeccionar nuestra bisutería. Algunas saben, otras van a aprender por primera vez, dice el dominicano Wisi Yermei, representante de la comunidad LGTBIQ+ en Lurigancho.