Jorge Luis Salinas: del éxito en Europa a la idea de ser maestro y dejar un legado
Un recorrido por el camino seguido por el diseñador peruano para triunfar de nuevo en las pasarelas internacionales y para darle forma al proyecto que le quita el sueño: una escuela de modas en el corazón del emporio de Gamarra.
Es el 24 de febrero de este año, y la periodista Anna Dello Russo, una figura espigada y excéntrica, exeditora de Vogue Italia y actual colaboradora de Vogue Japón, publica un video en Instagram en el que se le ve paseando con un largo abrigo crema por las calles de Milán. En su publicación dice: “Descubrí artesanía perfecta en el arte tejido del diseñador Jorge Luis Salinas, que preserva los materiales y la textura que honran la riqueza natural del Perú”.
Un día después, la colombiana Nina García, editora en jefe de la versión norteamericana de la revista Marie Claire, escribe: “Es un momento de orgullo para Latinoamérica presenciar en la semana de la moda de Milán el talento de Jorge Luis Salinas, un diseñador peruano que trabaja con artesanos para crear excepcionales piezas de alpaca hechas a mano”.
Ambas opiniones son todavía lejanas para los peruanos. Recién en la primera semana de marzo, la noticia aterrizará en nuestro país: Jorge Luis Salinas, el diseñador que creció en las calles de Gamarra, ha vuelto a las pasarelas internacionales con un éxito rotundo en Milán.
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Y entonces, como suele ocurrir, volverá el asedio de la prensa. Jorge Luis Salinas tendrá que resumir lo que le ha pasado en los últimos años. Mencionará aquella lejana y memorable experiencia del 2016 en la semana de la moda de Nueva York. Luego hablará de su colaboración con casas como Macy’s, en Estados Unidos, y con otros negocios de retail en el Perú; del posicionamiento de Emporium, su marca. Estará el recuerdo de los dos años en los que decidió dejarlo todo para acompañar a su padre en su tratamiento contra el cáncer. Contará que en la pandemia tuvo que dedicarse a administrar y renovar los dos negocios de su familia en Gamarra: la Galería de los Jeans y el edificio El Dorado. Tendrá palabras para destacar el esfuerzo de los empresarios y confeccionistas de Gamarra durante la inestabilidad creada por el gobierno de Pedro Castillo. Y finalmente llegará al origen de este regreso, el viaje a Costa Rica del 2023, en el que decidió no volver a ser un diseñador, sino convertirse en maestro.
“Pensé que la moda era una etapa cerrada para mí. Pensaba dedicarme a otra cosa, como la Galería de los Jeans o El Dorado, que son de mi familia, y estaban echados a menos. En la pandemia me dediqué a renovar todo, porque todo era casco viejo”, dice, serio, en el sexto piso del edificio de Gamarra en el que ha montado su nuevo taller.
Colección. Los colores del huaylarsh y sus adornos de flores se lucieron en Milán. Foto: difusión.
Una escuela en Londres
Las principales carreteras de Costa Rica son las que unen San José, su capital, con las playas que dan al Pacífico. Son vías largas que se atraviesan en varias horas. Jorge Luis Salinas recorrió esos caminos a inicios del año pasado, junto con unos amigos que le preguntaban si se había planteado la idea de enseñar Diseño de Modas.
Y claro que lo había hecho, pero siempre lo asaltaba una duda. Temía que los jóvenes de 20 años no conocieran su trayectoria y lo ignoraran. Así que pensó que una buena manera de “volver a tener un nombre” era llevar una nueva colección a un desfile internacional. Y para eso necesitaba capacitarse, volver a las aulas, ser un alumno a los 50 años, con el paradójico objetivo de convertirse en maestro.
Influencer. Anna Dello Russo, exeditora de Vogue Italia, posa con una de las creaciones de Salinas en Milán. Foto: difusión.
En la escuela Central Saint Martins de Londres se han formado estrellas de la moda como Stella McCartney y John Galliano. Es una institución asociada a la Universidad de las Artes de la capital inglesa. Ese fue el destino de Jorge Luis en el verano del 2023. Llevó 7 cursos semanales, en un horario intenso, de 9 a.m. a 6 p.m., desde Patronaje, el oficio de hacer los moldes en los que reposan las creaciones de un diseñador, hasta impresión en papel con las técnicas que Gutenberg usó en el año 1440.
Cuando se sintió listo, llegó el momento de dibujar. Fueron al menos unos 500 bocetos, de los cuales eligió 77. Luego tuvo que escoger sus telas: “No puedes usar tafetán, donde está lo mejor de lo mejor. Usé alpaca blend en los tejidos, un poco de cuero que compré en Estados Unidos y Caquetá, y organza, para los traslúcidos”, describe.
Y con ese material quedó preparado para esa maratón que significa armar una colección. Tuvo que correr para encontrar al equipo indicado: un maestro patronista, un costurero, un equipo de tejedoras llegadas de Puno, Huancavelica, Huancayo y Ayacucho. Las telas y los hilos los encargó con 7 meses de anticipación. Levantó de nuevo un taller, con lo mínimo indispensable, mesas, tijeras, espejos y voluntad.
Su inspiración fue el huaylarsh, esa danza que festeja la siembra y la cosecha en el valle del Mantaro, y que su madre disfrutaba en los pasacalles que se organizan en Gamarra.
Y así, finalmente, de la mano de Lucero Boza, su productora, llegó a Milán, al éxito que han destacado medios europeos y del que en Lima nos vamos enterando de a pocos.
Escuela y familia
Jorge Luis Salinas trabaja rodeado de sus sobrinos, hijos de sus hermanos. “¿Qué estudias tú?”, le pregunta a una de ellas. “Marketing”, le responde. “Sí, pero asociado a la moda”, dice él. “¿Y tú?”. “Administración”, le contesta otro. “Ok —comenta Salinas—, pero siempre con una mirada en la moda”. Sus sobrinos, que estuvieron con él en Milán, son sus primeros alumnos y su escuela ya está en marcha.
Se instalará en el quinto piso de la Galería de los Jeans. Allí irá a dar un pelotón de 26 máquinas de coser que por ahora reposan cerca de su taller. Dice que será un profesor exigente.
En paralelo, prepara su nueva colección para la primavera de este año. “Con algo lindo del Perú”, cuenta. Su destino es ser maestro y dedicarse un tiempo más a las pasarelas y desfiles, aunque a veces lo asalten las dudas.
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“Me da miedo entrar de nuevo a este mundo, porque no sé cuándo voy a salir. Tengo 50 años, y también quiero vivir. Y descansar. Y hacer cosas más simples”, dice con un tono grave, pero luego vuelve el artista, el hombre que quiere pasar de Milán a otro destino igual de importante, y se concentra en sus diseños, en sus bocetos y trazos. Jorge Luis Salinas ha regresado por un tiempo, para dejar un legado.
Herencia. El diseñador trabaja rodeado de sus sobrinos, a quienes enseña todo sobre la industria de la moda. Foto: difusión.
Dato
85 serán las prendas que formarán parte de la nueva colección que Salinas prepara para primavera.
En Lima
En paralelo al lanzamiento de su nueva colección internacional, Salinas volvió a las tiendas de departamentos en el país con nuevos diseños para Falabella. serán las prendas que formarán parte de la nueva colección que Salinas prepara para primavera.