Cultural

Javier Rubio del Valle: “Cuando tallo una madera busco que el árbol continúe vivo”

El artista ha creado una colección de miniaturas que llama “Escenas del Perú”, en la que presenta la vida salvaje y rural de nuestro país, según los pisos ecológicos.

“Escenas del Perú” puede adquirirse a través de su cuenta de Facebook y tiendas de Lima. Foto: Carlos Contreras/ La República
“Escenas del Perú” puede adquirirse a través de su cuenta de Facebook y tiendas de Lima. Foto: Carlos Contreras/ La República

Javier Rubio del Valle tiene una vida enraizada con la madera. En realidad, una relación de amor con la naturaleza. Cuando era niño, siempre estaba encaramado todo el día en los árboles de su casa. Cree que desde esos años le viene ese idilio para esculpir y trabajar la madera, ya sea en su modo de arte utilitario, como son sus novedosos diseños de sillas, o en sus recientes piezas escultóricas, que es una verdadera apelación a la conciencia ecológica de quienes las observan.

“Ese interés y cariño por ese mundo silvestre lo he gozado desde muy niño. Mi casa estaba en San Isidro, pero tenía un jardín muy grande. Allí había seis árboles y yo, junto a mis hermanos, parábamos todo el día en sus ramas, junto a los pájaros”, afirma Rubio del Valle a manera de explicar sus vínculos con el mundo natural.

Inmovilizado durante estos dos años que llevamos de pandemia, Javier Rubio empezó a tallar, casi sin planteárselo, una serie de arbolitos, primorosos, en miniaturas, al que adjuntó, también tallado, la figura bella de un animal silvestre.

El trabajo se llama “Escenas del Perú”. Es una colección que representa la vida salvaje y rural de nuestro país, formada por una serie de 7 parejas de árboles y animales que describen la vida silvestre de los distintos pisos altitudinales del Perú y por 3 piezas independientes que engloban la diversidad de flora y fauna, que representan escenas de la vida rural peruana.

“No he forzado nada, recreo el mundo natural, todo está en armonía. Árbol y animal son dos elementos del mismo espacio o hábitat y ambos se necesitan. El animal come el fruto que cae y este, a su vez, cuando hace caca, abona al árbol. Es decir, se retroalimentan”, detalla.

“A eso –agrega el artista- no ha llegado el ser humano. Nosotros queremos apoderarnos de todo y no dar nada. Tenemos que dar, entregar, también”.

Las piezas están hechas de madera. Algunas miden 24 cm y otras 32 cm. Lo interesante de esta colección es que incluye un texto informativo sobre el animal y el árbol, dónde viven, su situación poblacional y otros datos curiosos.

Con la colección de estas piezas se puede hacer un corte transversal del Perú en sus pisos ecológicos. Es decir, cada pareja –árbol y animal- está en el piso que le corresponde.

“El propósito también es preguntar, ¿te gusta esta obra? Entonces conoce tu país. La gente no sabe que cada árbol y animal tiene su lugar. Trato de hacer conocer el mundo salvaje al mundo de los civilizados. Que les despierte una curiosidad”, dice el escultor.

Vocación natural

Javier Rubio ha estudiado muchas cosas, pero como artista es un absoluto autodidacta. Enamorado de los árboles, estudió Ingeniería Forestal, pero como él dice, “hasta donde las matemáticas le permitieron”. Además, descubrió que el fin de esa carrera no se ajustaba con lo que él pensaba de ella.

“Pero no solo fueron las matemáticas, sino, sobre todo, toda la carrera estaba orientada a fines extractivos, industriales del bosque. No era lo que yo quería, la conservación y protección ecológica. Yo nunca he tenido una mirada económica del bosque. Al contrario, como he contado, he tenido desde niño un amor a los árboles”, explica Rubio del Valle.

El caso de Javier Rubio es muy curioso. Su persona es un triple ensamble, de carpintero, artista y ecologista. Y, como hemos visto, mucho de lo que él es ahora se remonta a su niñez.

“Lo de artista quizá me venga de cuando, desobedeciendo a mi padre, que no quería que toque sus libros, ingresaba a hurtadillas a su biblioteca. Me gustaban los libros de pintura. Hasta ahora recuerdo que miraba con asombro obras de Dalí, Velázquez. Asimismo, eso de carpintero me viene de cuando, sin permiso de mi padre, me apoderaba de su cajón de herramientas”, narra Rubio.

Estudió un año carpintería en Senati, pero asegura que más aprendió de su asistente, de ese saber natural de los maestros. Y que también allí, en ese oficio de tratar la madera, le aflora su amor a la naturaleza.

“Cuando hago una silla o tallo una madera, busco que el árbol, gracias al arte, continúe vivo”, confiesa Javier Rubio.

Dato

El artista. Javier Rubio del Valle nació en Lima, en 1964. También realiza trabajos de arte utilitario.

La serie. “Escenas del Perú” puede adquirirse a través de su cuenta de Facebook y tiendas de Lima.