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Cultural

Venden ropa de Gabriel García Márquez para ayudar a niños indígenas

Solidario. Subastan 400 objetos personales y su vivienda de México se convertirá en Casa de la Literatura Gabriel García Márquez.

Emilia García Elizondo, de 31 años y directora del centro, seleccionó las más de 400 prendas y accesorios de la colección. Foto: EFE
Emilia García Elizondo, de 31 años y directora del centro, seleccionó las más de 400 prendas y accesorios de la colección. Foto: EFE

México

Darle segunda vida y continuidad a la personalidad y expansivo genio de Gabriel García Márquez es la motivación que impulsó a una de sus herederas a ofrecer en venta una selección de la ropa del escritor colombiano en México.

La artífice del proyecto es Emilia García Elizondo, una de las nietas de Gabo y de su esposa Mercedes Barcha, quien abre para sí misma y para los seguidores del autor una ventana hacia una dimensión íntima. “No conocía a mis abuelos de la manera en la que los conozco ahora con todo lo que he visto y todo lo que ha salido del clóset”, dice a la AFP.

El evento, denominado “El armario de los García Márquez”, marca también la apertura de la Casa de la Literatura Gabriel García Márquez, un centro cultural donde vivieron el nobel y su esposa.

García Elizondo, de 31 años y directora del centro, seleccionó las más de 400 prendas y accesorios de la colección.

Desde sus característicos sacos de tweed hasta los originales monos de colores vivos con los que el escritor disfrutaba trabajar, el guardarropa de Gabo y Mercedes mezcla elegancia y originalidad. También evoca momentos diversos: algunos marcaron la historia de la literatura; otros, las memorias infantiles de Emilia. El vestido de gala en tonos verdes y brillantes que Barcha utilizó para acompañar a su esposo a recibir el Nobel de Literatura en 1982 había pasado como una mera curiosidad para la nieta, nacida ocho años después del acontecimiento. “Lo tenía en una pila de cosas que no sabía qué hacer con ellas y llegó mi madre a ponerme una buena regañiza porque ese vestido no estaba donde tenía que estar”, afirma divertida. El traje, sin embargo, no está en venta.

Quizás irrelevante para muchos seguidores del escritor, pero indeleble en la mente de García Elizondo resulta la vasta colección de zapatos de Gabo.

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“Siempre le estaba viendo los zapatos a mi abuelo, entonces para mí eso es algo como muy importante”, señala.

La cordialidad de Gabo también quedó manifiesta en su armario. En los bolsillos de un par de sacos están los plumones que cargaba consigo para autografiar los libros que le traían sus admiradores y un tercero conserva una mancha de tinta.

“Gabo siempre era la persona que tenía el plumón en la bolsa (...), me parece muy tierno”, comenta su nieta.

Aunque el objetivo principal es recaudar fondos para la fundación FISANIM, que apoya a niños de comunidades indígenas del sur de México, García Elizondo descarta una subasta donde podría sacar partido de la popularidad de su abuelo.

“Me fijé en los precios de las cosas de los famosos y dije yo no puedo hacer esto, no pienso que Gabo hubiera estado de acuerdo”, sostiene.

Para García Elizondo y su familia, la esencia de esta iniciativa es “acercar a la gente a lo que eran Gabo y Mercedes”.

“Ellos nunca fueron inalcanzables, ellos no eran esas personas, no eran pretenciosos en ese sentido”, afirma.

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