De cómo las viejas casonas del Centro de Lima pueden convertirse en focos de turismo vivencial respetando sus estructuras. ,Revalorar la historia de Lima,*Javier Robles, historiador peruano Los grandes e imponentes monumentos con los que cuenta la capital limeña, como casonas, plazas e iglesias, han sido elementos fundamentales en la construcción de la identidad social, cultural e intelectual de la ciudad. Estos albergaron a las más altas autoridades del virreinato más rico de América y fueron protagonistas cotidianos de sus más de 480 años de fundación. Cada monumento ha ido sobreviviendo en el tiempo a diversos cambios, no solo para su conservación sino para el desarrollo de diversos sectores populares, los cuales durante las épocas virreinal y republicana tuvieron un sentimiento de pertenencia y orgullo respecto a su residencia en Lima al vivir rodeados de casonas palaciegas, solariegas, plazuelas, iglesias y monasterios. Particularmente, las casonas antiguas tienen una historia importante, que les permite brindar a la ciudadanía un viaje en el tiempo, por medio del cual pueden conocer la arquitectura que las caracterizaba y a la vez, entender el estilo de vida de quienes las habitaron y caminaron por las calles de la Ciudad de los Reyes. Un caso emblemático para analizar ese estilo de vida a partir del siglo XVII hasta el XX, y que destaca como pieza clave en la tradición limeña es la Casa Paz Soldán, ubicada en las últimas cuadras del Jirón de la Unión en el Cercado de Lima. El recinto, que fusionó los estilos arquitectónicos barroco y colonial, fue habitado desde sus orígenes por oficiales y ministros de la corte virreinal como espacio de recreación. Ya en la época republicana fue morada de la familia Paz Soldán y de sus descendientes Alayza, quienes en sucesivas generaciones y a través de notables representantes difundieron la cultura humanística de las artes y las letras, el progreso científico y el bien hacer cívico y político. Por tal razón, entre los años 1927 y 1944, la casa fue sede de la femenina Sociedad Entre Nous, convirtiéndose así en el más importante baluarte intelectual y cultural del país para historiadores, literatos, pensadores, pintores, músicos, humanistas y eruditos eminentes, tanto nacionales como internacionales. Como podemos apreciar, los monumentos históricos representan la identidad social, cultural e intelectual, por ello, es importante trabajar en su restauración para recuperar y consolidar ese sentimiento de pertenencia y orgullo ciudadano al habitar el espacio urbano limeño. Para este fin es fundamental devolverles a estos monumentos sus formas, estilos y detalles arquitectónicos propios, mediante una inversión económica en su recuperación, realce y conservación, respetando sus estructuras y su distribución espacial. Asimismo, las casonas que se encuentren restauradas podrán acoger el desarrollo de diversas actividades culturales, entre las que destacan exposiciones de arte, fotografía y conferencias históricas. De esa manera se fomentará aún más el interés general por conocer el legado histórico material de nuestra ciudad, pudiendo convertirse en focos de experiencia vivencial e interactiva para todos aquellos que las usen o visiten.