Colgantes de huesos revelan que la llegada del hombre a Sudamérica se dio hace más de 20.000 años, según investigación
Hallazgo de osteodermos de perezoso gigante modificados por humanos en Santa Elina sugiere una sociedad compleja y avanzada en Sudamérica mucho antes de lo que se creía.
Un reciente descubrimiento en Brasil revolucionó nuestra comprensión de la llegada de los humanos a Sudamérica. En el refugio rocoso de Santa Elina, ubicado en el estado central de Mato Grosso, arqueólogos encontraron colgantes prehistóricos elaborados con dientes y huesos de animales, datados en al menos 25.000 años. Estos hallazgos sugieren que la presencia de humanos en América es mucho más antigua de lo que se pensaba anteriormente.
Los colgantes prehistóricos, junto con tres osteodermos de perezoso gigante encontrados en el mismo sitio, proporcionan evidencia contundente de la avanzada cultura de los primeros habitantes de Sudamérica. Estos artefactos, cuidadosamente trabajados y utilizados como adornos personales, reflejan un nivel de sofisticación que indica una sociedad compleja y bien establecido mil de años antes de las estimaciones convencionales.
Este descubrimiento también muestra cómo los antiguos habitantes utilizaban los restos de los perezosos de diversas maneras. Foto: Cambridge.
La llegada de los humanos a Sudamérica
La fecha de la llegada de los humanos a Sudamérica retrasa al menos 25.000 años, gracias a un hallazgo inusual: huesos de un perezoso terrestre gigante extinto que fueron utilizados como colgantes por antiguos habitantes. Este descubrimiento se realizó en el refugio rocoso de Santa Elina, en el centro de Brasil, y representa una de las primeras evidencias de la presencia de humanos en América, según un artículo publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B.
Los colgantes prehistóricos, junto con tres osteodermos de perezoso gigante encontrados en el mismo sitio. Foto: Cambridge.
En el refugio rocoso de Santa Elina, los arqueólogos encontraron tres osteodermos de perezoso, depósitos óseos que funcionan como una armadura protectora sobre la piel de algunos animales, cerca de herramientas de piedra. Estos osteodermos presentaban pequeños agujeros que solo los humanos podrían haber hecho. El hallazgo, junto con las herramientas de piedra, sugiere una presencia humana mucho más temprana de lo que se pensaba anteriormente.
Desde 1985, el refugio rocoso de Santa Elina, ubicado en el estado de Mato Grosso, ha sido objeto de estudios arqueológicos. Investigaciones previas habían identificado más de 1.000 figuras y signos dibujados en las paredes, cientos de herramientas de piedra y miles de osteodermos de perezosos. Entre estos osteodermos, tres muestran evidencia de haber sido perforados por humanos, indicando su posible uso como colgantes o adornos personales.
Los arqueólogos encontraron tres osteodermos de perezoso, depósitos óseos que funcionan como una armadura. Foto: Cambridge.
Los tres osteodermos fueron modificados por humanos
El estudio reciente detalla estos osteodermos de perezoso para demostrar que los agujeros en los huesos no se formaron de manera natural. Utilizando técnicas de visualización microscópica y macroscópica, el equipo descubrió que los osteodermos, y sus diminutos agujeros, habían sido pulidos. Además, se encontraron incisiones de herramientas de piedra y marcas de raspado, indicando una clara intervención humana.
Las observaciones confirman que los tres osteodermos fueron modificados por humanos para convertirlos en artefactos, posiblemente adornos personales. "Es prácticamente imposible definir el significado real de estos artefactos para los habitantes de Santa Elina", comentó Mírian Pacheco, coautora del estudio y profesora de paleontología en la Universidad Federal de São Carlos, Brasil.
El estudio reciente detalla estos osteodermos de perezoso para demostrar que los agujeros en los huesos no se formaron de manera natural. Foto: Cambridge.
Presencia de huesos de perezoso
La presencia de huesos de perezoso modificados por humanos, es una evidencia sólida de que la gente llegó a Sudamérica mucho antes de lo que se creía. "Nuestra evidencia refuerza la interpretación discutida por nuestros colegas durante 30 años", afirmó Thaís Pansani, paleontóloga de la Universidad Federal de São Carlos, sugiriendo que "los humanos estaban en el centro de Brasil hace al menos 27.000 años".
Estos hallazgos sugieren que la presencia de humanos en América es mucho más antigua de lo que se pensaba anteriormente. Foto: Cambridge.
Este descubrimiento también muestra cómo los antiguos habitantes utilizaban los restos de los perezosos de diversas maneras. Matthew Bennett, un geólogo de la Universidad de Bournemouth en el Reino Unido que investigó las interacciones entre humanos y perezosos en América del Norte, calificó el estudio como "un trabajo apasionante que podría apoyar la idea del poblamiento de las Américas durante el Último Máximo Glacial", la fase más fría de la última edad de hielo.