Calentar los testículos con nanopartículas podría funcionar como anticonceptivo, sugieren expertos
Este nuevo método se viene desarrollando como una alternativa futura a la fiabilidad de los condones y el procedimiento de la vasectomía.
Ante la poca variedad de métodos anticonceptivos para hombres, por ejemplo en el caso de los condones y el procedimiento de la vasectomía, la opción denominada nanoanticoncepción (Nature Materials) se está estudiando actualmente, tal y como lo expone Jeffrey Mo, miembro de la Escuela de Salud Pública Dalla Lana de la Universidad de Toronto (Canadá), en un artículo del medio The Conversation.
¿De qué trata esa idea disruptiva? Mo compara este método como un interruptor de encendido/apagado. Los médicos usarían nanopartículas, del tamaño de una milésima parte del cabello humano, que viajen a los testículos para poder calentarlos: mientras la temperatura interna de ellos se eleve más, la producción de esperma se vuelve menos fértil, una alternativa frente a la posible rotura de preservativos o cirugías incómodas.
Sin embargo, según Mo, hay que tener muchísimo cuidado. Lograr el equilibrio en este plan no es sencillo. Si los testículos se calientan por encima del umbral permitido, los tejidos pueden resultar dañados.
El 20 de mayo de 2013, investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, y el Laboratorio Nacional de Ciencias Físicas a Microescala de Hefei, publicaron en la revista Nano Letters los primeros alcances de esta tecnología. Aquella vez, inyectaron nanobarras de oro en testículos de ratones.
Luego, aplicaron radiación infrarroja para conseguir el calentamiento de entre 37 °C y 45 °C. Pero asumieron que estas pruebas eran dolorosas y desestimaron el proyecto.
Una versión mejorada se publicó en la misma revista el 7 de julio de 2021. Reemplazaron al oro por óxido de hierro magnético recubierto con ácido cítrico. “Siguiendo un campo magnético alterno (AMF) podría lograr la anticoncepción masculina controlable; aquí proponemos un enfoque dirigido no invasivo a través de la administración intravenosa”, describieron los firmantes.
Colocaron imanes para atraer las nanopartículas a los testículos durante cuatro horas. El siguiente paso fue envolver una bobina eléctrica en los dos órganos reproductores y les pasaron corriente. Así crearon un campo magnético que los calentó a una temperatura similar al experimento anterior.
Aunque los testículos más calientes se redujeron, mostraron una recuperación primaria al mes del tratamiento. La fertilidad de los ratones decayó a siete días de inicio de la terapia. Las crías de las hembras preñadas por los roedores tratados nacieron bajo condiciones normales, pese a que la capacidad de procreación de los machos no regresó a los niveles acostumbrados.
El biólogo Fei Sun, autor de ambos manuscritos citados líneas atrás, aseguró que el método de la nanoanticoncepción ya se utiliza en gatos en China.
Por su parte, David Powell, director del Centro de Manejo Reproductivo de la Asociación de Zoológicos y Acuarios en St. Louis, Missouri, precisó que la nanoanticoncepción podría ser parte del conjunto de herramientas reproductivas de los recintos animales abiertos al público algún día.
“El objetivo final de Sun es la anticoncepción humana, aunque admite que aún queda un largo camino por recorrer. Al igual que con los animales de zoológico, se requerirán estudios detallados para establecer que la nanocontracepción no es tóxica para los hombres”, menciona el autor del artículo científico.