El encantador pueblo que todos deberían conocer queda a solo una hora de Tarapoto , Martín Vargas / Revista Rumbos Apenas uno pisa Chazuta los vecinos inflan el pecho, caminan más derechos que de costumbre y sonríen como quien se sabe orgulloso de sus raíces y su presente. Están ansiosos por contarlo todo para que todos sepan que su pueblo ya no es más el patio trasero de los barones de la coca, o la chacra de los asesinos del MRTA. PUEDES LEER: Esa negra debilidad Ahora todo es diferente. En su plaza de armas resguardan cuatro casas funerarias con los restos de antiguos chazutinos que, vaya a saber uno porqué, fueron metidos en vasijas de barro. Lidia Saurín (ama de casa por azares del destino y guía por vocación) es nuestra anfitriona y está china de risa porque “después de lunas, joven” alguien de Lima ha venido a recoger su historia. Se atropella con sus palabras cuando le preguntamos sobre los resultados de las investigaciones que hace dos años, según lo que reza un panel del Estado, se iniciaron en la zona. Mira para un lado, mira para el otro y no dice nada. No insistimos porque intuimos el porqué (limeñísimo) de la demora. Lo que importa es que ella está orgullosísima de su trabajo y sigue esperando, con un entusiasmo de colegial, que el Ministerio de Cultura devuelva los restos y mande los resultados sobre la antigüedad, usos, costumbres y el contexto de los entierros. Ella dice que ya prontito será y ensaya una sonrisa medio tímida. Unas seis cuadras separan la Plaza de Armas del museo chazutino. Un espacio limpio, amplio y recientemente remodelado donde se exhibe la cerámica local, declarada patrimonio cultural de la nación y que hace no muchas lunas se exhibió en el limeñísimo Museo de la Nación. Guardiana del pasado y las vasijas fúnebres de Chazuta. Foto: Karla Moreno Pero no sólo se muestra la cerámica de técnica depurada y una iconografía refinada, sino que, además, el visitante podrá tener una experiencia de vida. No sólo conversará con las artesanas, sino que también podrá aprender lo básico del proceso y participar activamente en esta transmisión ininterrumpida de saberes ancestrales. Sí. Durante algunos minutos, los visitantes podrán aprender cómo moldear esta cerámica tradicional de corte utilitario, pero con un alto nivel de perfección. Tan pulido es el arte de los chazutinos que se ha convertido en una herramienta para el desarrollo económico de muchas familias. Una prueba del alto nivel de su cerámica es el libro Chazuta, arte ancestral, escrito por Juana Bartra y Alfredo Narváez. Un texto de lujo. Chocolates y miel Cerca, muy cerca de ese búnker artesanal, Chazuta no deja de sorprender al viajero. El taller de Mishky Cacao es prueba irrefutable que en este pueblo el machismo, la mediocridad y la flojera han sido derrotadas y en el primer asalto. Trece amigas y amas de casa se han convertido en eximias maestras chocolateras, gracias al apoyo de USAID, DeVida y cocineros como Gastón Acurio y su esposa Astrid Gutshe. Y tan ricos y peculiares se han vuelto sus bombones, trufas y chocolates, que participaron en cuatro Mistura, la BBC las incluyó en un documental sobre el cacao, y fueron reconocidas en el Salón del Chocolate de París. En sólo cinco años ellas cambiaron el chip y su emprendimiento les ha permitido abandonar la pobreza y mirar con felicidad el futuro. Maestras chocolateras, ganadoras del Salón del Chocolate en París. Foto: Karla Moreno Otra prueba de que la alegría es parte del ADN chazutino es Jorge Moreno. En su Chacra Pasikiwi él sube a los árboles, baja con cocos y los invita a todos los que llegan al predio. Coge una rama y comienza a explicar con una humildad descollante, la funcionalidad de su chacra de casi 5 hectáreas. ¿El atractivo? Varios. Ahí se puede conocer árboles nativos y plantas medicinales alucinantes. Además, uno puede tomarse fotos en plantaciones de cacao y tener una dulce experiencia con la miel que elaboran las dos especies de abejas que tiene Jorge. Irse sin llevarse esa miel 100% pura, es un pecado imperdonable. Pura miel de pura abeja chazutina en la chacra de Jorge Moreno Foto: Karla Moreno De vuelta a las raíces Alina del Águila podría estar tranquilamente en una oficina de Lima, trabajando en un edificio, twiteando desde un Starbucks o yendo de shopping. Quizá haciendo cola en el cine o pisando el acelerador para escapar del tráfico limeño, pero no. Ella es como un rara avis. Decidió abandonar la metrópoli para volver al pueblo de su madre, al encantador paraje que visitaba de niña en las vacaciones. Desde hace dos años está al mando del Centro Cultural Joicy V. Bartra (madre de Alina y una reconocida escultora peruana). Alina está empecinada en una noble misión: hacer del centro cultural no solo un salón de exhibiciones, sino un verdadero vórtice donde se respire, se sienta, se palpe y se exporte el arte e idiosincrasia chazutinas. Arte ancestral heredado por más de cinco generaciones. Foto: Karla Moreno Pero no solo eso, aunque en el face se menciona que el objetivo principal del centro es introducir al visitante en el mundo mágico y misterioso de la selva, la verdad es que la misión de este espacio es registrar y poner en valor la cultura de su gente. Quiere ser un facilitador para emprender grandes proyectos como el que ya tienen en marcha junto con la Universidad Católica, y que pasa por enseñar matemática mediante cuentos amazónicos digitales. Además de esa lucha social para llenar la brecha que separaba a Chazuta de un destino más feliz, el centro cultural también recibe a estudiantes, profesionales y estudiosos de diversos países, quienes conviven en sus instalaciones para introducirse en la cultura, arte y misticismo de la selva. Recíprocamente, enseñan su idioma o montan talleres de acuerdo a su profesión para que los chazutinos se capaciten gratuitamente. Vista del centro cultural que dirige Alina Del Águila. Foto: Karla Moreno ¿Increíble no? Todo esto es solo una parte de las maravillas que te esperan en Chazuta, donde podrás dormir arrullado por el rugir de un jaguar o meterte al río caudaloso con el riesgo que te atrape una sirena. Pero, pensándolo bien, no es necesario que te encuentres con una sirena para quedar atrapado. Bien dicen que una vez que se conoce Chazuta no puede dejar de visitarse. Bien dicen que no todas sus sirenas están sólo en el río. Así sea. En rumbo: Mishky Cacao: Las señoras lo esperarán con los brazos abiertos y el chocolate en la boca. Puede llamarlas al 951046196 o buscarlas en Facebook como Mishky Cacao Centro cultural Joicy Bartra: Para coordinar su visita puede llamar al 993997212 Cuenta con hospedaje, cafetería, internet y talleres vivenciales. Chacra Pasikiwi: Puede anunciar su llegada al 943845700 para que le armen un recorrido entre árboles endémicos, frutos elefantiásicos, y disfrute de la mejor miel del mundo. ¿Cómo armar su combo turístico? Puede contactar con 100% Tarapoto llamando al 942610264 ¿Dónde hospedarse en Tarapoto? Tucan Suites (1 de Abril, 315, Tarapoto) / Teléfono: 999 450 883 / www.tucansuites.com Agradecimiento: A la Municipalidad Provincial de San Martín y la Municipalidad Distrital de Chazuta, por las facilidades prestadas para el reportaje