El protagonista del insólito capítulo, un perro de raza Basset Hound, se transformó en la sensación de las redes sociales después que se difundieran unas fotografías del mismo jugando con un objeto sexual pensando que se trataba de una pelota o un platillo.
El perro blanco de orejas grandes y manchas marrones se llama Flossie y es uno de los cinco cachorros-hermanos de Sara Middleton, oriunda de la ciudad de Ashington (Inglaterra), lugar donde el can cometió la travesura.
La mujer, quien se desempeña como bombero, contó a un medio internacional que había soltado unos minutos a Flossie cuando salieron a pasear al parque, sin imaginar, que la mascota volvería con un juguete sexual color rosado de, aproximadamente, 20 centímetros.
“Me quedé con la cara roja”, contó avergonzada, Sara Middleton, en su cuenta de Facebook. En el camino de retorno a casa, sigue contando, intentó ocultarse, pero fue vista por varias personas. Un sujeto le dijo irónicamente: “la mayoría de dueños le suele dar una pelota a su perro”.
La dueña intentó de distintas formas extraer el objeto del hocico de Flossie, pero la insistente mascota no lo soltaba e, inclusive, “sacudía su cola al aire” como si estuviera jugando. El caso que fue compartido en fotografías por la propia Sara se suscitó al nordeste de Inglaterra y se convirtió, rápidamente, en tendencia.